Un matrimonio de personas ciegas y el equipo de baloncesto en sillas de ruedas Fundosa Once denunciaron ayer la negativa de la compañía Air Nostrum a que viajaran en sus aviones, en el primer caso por motivos de seguridad y en el segundo por falta de espacio para transportar las sillas de ruedas.
Un matrimonio de personas ciegas y el equipo de baloncesto en sillas de ruedas Fundosa Once denunciaron ayer la negativa de la compañía Air Nostrum a que viajaran en sus aviones, en el primer caso por motivos de seguridad y en el segundo por falta de espacio para transportar las sillas de ruedas.
A la pareja formada por Agustín Ruiz Calvo y María Nieves Martín González, residentes en Tenerife, se les impidió tomar juntos un vuelo de Madrid a Talavera la Real (Badajoz), "porque me dijeron que las personas de movilidad reducida necesitan la ayuda de la azafata" sobre todo, en casos de emergencia, dijo a EFE el afectado.
En un vuelo anterior con la misma compañía, en marzo pasado, "no hubo problema y viajé con mi perro guía y con mi esposa, también invidente, en el mismo avión", explicó Ruiz Calvo, quien reconoció que las normas de aviación dan la razón a la línea aérea, "pero es una norma muy amplia y flexible, que deja la decisión al criterio de cada empresa".
El matrimonio ha informado de lo sucedido al Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI), que a su vez ha puesto en conocimiento del Defensor del Pueblo y del Ministerio de Fomento "esta presunta práctica discriminatoria para que, tras las investigaciones oportunas, adopten las medidas que eviten en el futuro situaciones de trato desigual injustificado".
Por otro lado, Javier Gómez, jugador del equipo de baloncesto en sillas de ruedas Fundosa ONCE, explicó que Air Nostrum, tras haber realizado la reserva de los billetes en agosto pasado, les ha comunicado la imposibilidad de que viajen hasta Melilla, el próximo 1 de octubre, "según ellos porque no les caben las sillas de jugar".
El equipo está formado por quince personas, de las que once usan sillas para jugar baloncesto que no son plegables, sólo se les puede retirar las ruedas, mientras las restantes cinco son empleadas por cinco personas parapléjicas para los desplazamientos, explicó Gómez.
Un portavoz de la compañía aérea, con sede en Valencia, señaló que el problema consiste en que las bodegas de los aviones tienen una capacidad limitada al tratarse de aparatos de reducidas dimensiones debido a que aterrizan en el aeropuerto de Melilla, con una pista muy pequeña.
Hasta este momento, explicó el jugador Javier Gómez, el equipo nunca ha tenido problemas de este tipo y, de hecho, "de Málaga a Melilla hemos hecho dos vuelos, pero el Melilla descendió y ya no habíamos vuelto a jugar".
El portavoz de la compañía manifestó, por último, que Air Nostrum ofreció al equipo de Fundosa ONCE hacer el viaje hasta Málaga y luego coger el barco hasta Melilla, pero "lo rechazaron porque sus jugadores perdían un día laborable en sus trabajos. A cambio les ofrecimos la compensación de un descuento del 80 % en sus billetes".
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