Al menos 22 personas murieron y 71 resultaron heridas en la noche del sábado en una oleada de atentados en la isla de Bali, cuando están a punto de cumplirse tres años del sangriento ataque de 2002 que causó más de 200 muertos. "Al menos 21 personas han muerto y 71 han sido heridas", dijo Putu Iwan, voluntario del centro de crisis creado para informar sobre las víctimas.
Al menos 22 personas murieron y 71 resultaron heridas en la noche del sábado en una oleada de atentados en la isla de Bali, cuando están a punto de cumplirse tres años del sangriento ataque de 2002 que causó más de 200 muertos. "Al menos 21 personas han muerto y 71 han sido heridas", dijo Putu Iwan, voluntario del centro de crisis creado para informar sobre las víctimas.
Tres explosiones sincronizadas golpearon las localidades turísticas de Kuta, Jimbaran y Nusa Dua entre las 18.50 y las 19.00 (11.50 y 12.00 GMT), sembrando el pánico entre la gente.
Un australiano, un japonés y un europeo se encuentran entre las seis víctimas mortales identificadas hasta el momento en el tanatorio del hospital Sanglah, el mayor de la isla. Este centro hospitalario se encuentra colapsado y los heridos son atendidos de urgencia en pasillos y salas de espera por personal médico local y equipos de refuerzo procedentes de otros municipios de la isla. Según confirmaron a EFE fuentes diplomáticas españolas en Yakarta, no se tiene constancia de víctimas de nacionalidad española. La mayor de las explosiones se registró en el Café Raja, en el centro de Kuta. El local quedó destrozado y los cristales de todo el edificio saltaron por los aires, causando heridas de gravedad en numerosos transeúntes de la concurrida calle.
El británico Daniel Martin, entrevistado por la BBC, explicó que escuchó una "tremenda explosión" desde el restaurante donde se encontraba. "Había gente tirada en las calles con heridas graves, sangre corriendo por la calle... tuve miedo de ir al restaurante pensando lo que podía ver allí", expresó Martin. En la playa de Jimbaran, dos bombas estallaron a la vez a tan sólo doscientos metros de distancia en dos restaurantes repletos de turistas, quienes abandonaron la zona corriendo en busca de un refugio seguro. Poco más tarde, la Policía descubrió que otros siete artefactos explosivos permanecían enterrados entre la arena.
El presidente de Indonesia, Susilo Bambang Yudhoyono, condenó los atentados y reclamó la colaboración de todo el país para evitar que se repitan nuevos ataques. "Como presidente de Indonesia condeno estos actos inhumanos. Es obvio que esto es un acto terrorista porque ha sido indiscriminado y cometido en sitios públicos", declaró con nerviosismo Yudhoyono en rueda de prensa en el aeropuerto militar de Yakarta. El presidente mantuvo una reunión de crisis con la plana mayor del gabinete y los líderes de la Policía y los servicios secretos.
Yudhoyono ofreció sus más profundas condolencias a los familiares de las víctimas y anunció que se desplazará a Bali en las próximas horas para supervisar las investigaciones junto al jefe de la Policía Nacional, Sutanto.
El 12 de octubre de 2002, 202 personas murieron y centenares resultaron heridas cuando dos bombas explotaron en locales nocturnos de Kuta a menos de un kilómetro de la explosión que ha tenido lugar este sábado. Desde entonces, Indonesia ha sufrido al menos un atentado terrorista cada año.
En 2003, una bomba explotó contra el hotel de capital estadounidense Marriott en Yakarta y causó la muerte de 12 personas, mientras el ataque contra la Embajada australiana de la capital, en 2004, causó 11 víctimas mortales. La Policía Nacional atribuye todos estos atentados a Yemaa Islamiya, el brazo de Al Qaida en el Sudeste Asiático.
En el último año, parte de esa red ha sido desarticulada y las autoridades han capturado a miembros clave, directamente implicados en los atentados.
Sin embargo, los presuntos cerebros de los ataques, los malasios Noordin Mohammad Top y Azahari bin Husin siguen en paradero desconocido, y EE.UU. y Gran Bretaña, entre otros, habían advertido del elevado riesgo de nuevos atentados.
Por ahora, toda la isla de Bali se encuentra en estado de máxima alerta ante el temor de que se repitan otras explosiones.
ATENTADOS SUICIDAS
La Policía de Indonesia confirmó ayer domingo que la cadena de ataques terroristas de fue obra de suicidas. "Fueron atentados suicidas", dijo el jefe de la Policía de Bali, I Mangku Pastika, en una rueda de prensa en Kuta tras difundir unas imágenes en vídeo, con uno de los supuestos suicidas, registradas segundos antes del estallido de una bomba en el café Nyoman de la playa de Jimbaran.
En el vídeo puede verse con claridad a un hombre con camiseta oscura y una mochila negra a la espalda entrando en el café segundos antes de una fuerte explosión procedente del lugar en el que él se encontraba. "Esta es una de las pruebas que nos hacen creer que se trata de terroristas suicidas", indicó Pastika.
Según el jefe de la Policía de Bali, otra prueba son los cuerpos despedazados de los tres presuntos suicidas tras aclarar que se produjeron tres explosiones y no cinco, como se había apuntado el sábado en un primer momento por declaraciones de testigos.
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