La Comisión Europea y Estados Unidos anunciaron ayer que lograron "progresos sustanciales" para un acuerdo sobre transporte aéreo, al cerrar la ronda de negociaciones que comenzó el pasado lunes.
La Comisión Europea y Estados Unidos anunciaron ayer que lograron "progresos sustanciales" para un acuerdo sobre transporte aéreo, al cerrar la ronda de negociaciones que comenzó el pasado lunes.
Las dos partes "realizaron progresos sustanciales en los elementos claves", según un comunicado conjunto emitido por Bruselas y Washington, aunque los puntos esenciales como el acceso a los mercados y los derechos de tráfico no se trataron en esta ronda. La Comisión y Estados Unidos tendrán una nueva ronda la semana del 14 de noviembre en Washington, de la que se esperan nuevos avances que puedan permitir un acuerdo para diciembre.
Europeos y estadounidenses "están comprometidos a lograr resultados" en la sesión de Washington, dijo Stefaan De Rynck, portavoz de Transportes en la Comisión, quien aún así insistió en que queda "mucho trabajo por hacer". Los principales avances de esta sesión tuvieron lugar en competencia, con una coincidencia sobre el efecto negativo de la ayudas de estado, seguridad y medioambiente. Además, se acordó crear un comité conjunto que interprete el acuerdo que se espera lograr y también vigile su aplicación.
Los dos puntos clave que se tratarán en Washington son acceso a mercado y derechos de tráfico, que no fueron tratados en Bruselas y que son también los que suscitan más diferencias. "El acceso a los mercados es el núcleo del acuerdo", reconoció John Byerly, subsecretario adjunto para Asuntos de Transporte en el Departamento de Estado de EE.UU., durante una conferencia de prensa.
Añadió que en este punto se discute la posibilidad de que cualquier aerolínea vuele desde cualquier aeropuerto entre EE.UU. y la UE, aunque no sea en su territorio nacional. Por ejemplo, un avión de una aerolínea francesa podría viajar de Londres a Nueva York.
El acuerdo que se negocia es considerado "de primera fase", ya que podría estar seguido de otro más amplio "de segunda fase". En esta primera fase, Estados Unidos insiste en que quiere realizar vuelos de su territorio a otro país de la Unión Europea y de ahí a otro estado miembro de la UE, aunque no quiere que sus compañías vuelen dentro de un mismo país europeo.
Sin embargo, Washington no acepta la idea de que una aerolínea europea vuele de un país de la UE a EE.UU., y a partir de ahí a otra ciudad estadounidense, sino que tras su primera escala debería poder volar a un tercer país. Washington parte del razonamiento de que los Estados de la UE son países soberanos, por lo que el tráfico entre ellos es internacional, no nacional.
Byerly recordó que EE.UU. ya puede hacer viajes de ese tipo gracias a los acuerdos de "cielos abiertos" que ya tiene con 15 de los 25 países comunitarios, acuerdos que la Comisión considera "desequilibrados" en favor de Washington y en su mayoría declarados ilegales por el Tribunal de Justicia de la UE.
Otro punto importante que no se tocó en Bruselas es el de la propiedad de las aerolíneas, ya que Washington está estudiando posibles cambios en su legislación que podrían permitir que las aerolíneas estadounidenses puedan tener accionistas mayoritarios de otros países.
Actualmente, la legislación de EE.UU. limita la participación extranjera a un máximo del 25% de las acciones con derecho a voto, exige que el presidente de una aerolínea sea estadounidense y también limita la presencia de extranjeros en los consejos de administración.
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