España propuso ayer en la decimosexta Asamblea General de la Organización Mundial del Turismo (OMT), que se celebra en Dakar, capital de Senegal, reorientar las funciones de ese organismo para evitar que se convierta en un "monstruo burocrático".
España propuso ayer en la decimosexta Asamblea General de la Organización Mundial del Turismo (OMT), que se celebra en Dakar, capital de Senegal, reorientar las funciones de ese organismo para evitar que se convierta en un "monstruo burocrático".
El secretario general de Turismo español, Raimon Martínez Fraile, explicó en su intervención en la asamblea de la OMT que para España esta organización es "un elemento esencial de la cooperación internacional", por lo que su labor debe consistir en detectar los problemas, idear las soluciones y buscar los actores para desarrollar las acciones creadoras de riqueza económica y social.
Según Martínez Fraile, "el mejor servicio que podemos ofrecer al desarrollo y la creación de la riqueza en el mundo es tener un organismo como la OMT", que en materia del turismo sea capaz de conocer las necesidades, determinar sus soluciones y poner a disposición de los países miembros conocimientos necesarios para poder desarrollar acciones de colaboración.
Martínez Fraile abogó por la colaboración, que es el lema que ha caracterizado a España en sus relaciones con los organismos internacionales en los que participa, y se mostró convencido de que los cambios que se van a introducir en los estatutos de la OMT "van a clarificar las responsabilidades", y lo van a hacer precisamente para fortalecer la colaboración entre los países miembros de este órgano especializado de la ONU.
Esta cooperación no siempre se da desde la coincidencia, ya que en ocasiones puede ser desde la discrepancia, pero lo importante es colaborar "para llegar siempre al diálogo", insistió.
El deseo de España es que la OMT sea un organismo ágil, capaz de adquirir la información básica para la toma de decisiones y, una vez que tenga esta información, la coordine y promueva los proyectos concretos, que deben ser desarrollados por los países miembros y/o empresas.
Según Martínez Fraile, la primera obligación del nuevo mandato que saldrá de la asamblea de Senegal es trabajar para que se valore más, tanto el turismo, que es el motor económico del futuro, como a la OMT, un organismo "poco conocido", por no decir "clandestino", aunque es "una palabra que suena demasiado fuerte".
Martínez Fraile reconoció el trabajo hecho hasta ahora desde la OMT, aunque "queda todavía mucho por hacer", por lo que la decimosexta asamblea "debe ser más que un recuerdo de los éxitos y fracasos del pasado, una mirada hacia delante para hacer de la organización un elemento creador de riqueza económica y social en el futuro".
Para la delegación española, ésta es la "obligación" tanto de los representantes públicos como de las organizaciones privadas afiliadas a la OMT.
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