Francesco Frangialli fue reelegido ayer secretario general de la Organización Mundial del Turismo (OMT) para el periodo 2006-2009 por la Asamblea General de esta entidad que se celebra esta semana en la capital de Senegal, Dakar.
Francesco Frangialli fue reelegido ayer secretario general de la Organización Mundial del Turismo (OMT) para el periodo 2006-2009 por la Asamblea General de esta entidad que se celebra esta semana en la capital de Senegal, Dakar.
Este será su tercer y último mandato al frente de la OMT, ya que la asamblea ha aprobado, a propuesta de España, limitar a una sola renovación la permanencia en el cargo. Esta modificación de los estatutos de la OMT, que contaba con el visto bueno de su Comité Ejecutivo, abre las puertas a nuevas perspectivas, horizontes y responsabilidades, según la delegación española, encabezada por el secretario general de Turismo, Raimon Martínez Fraile. Además de reforzar una gestión eficaz y transparente de los recursos, sigue la recomendación de las Naciones Unidas para que los mandatos de los jefes ejecutivos de sus agencias especializadas sean uniformes, de cuatro años, renovables una sola vez.
España defendió su propuesta con el argumento de que el 80% de los organismos especializados de la ONU se ajustan a esta recomendación y solo en tres casos no existe ninguna limitación a la reelección, al igual que en la OMT. Al coincidir la propuesta de España con la reelección de Frangialli, la delegación española insistió en que su enmienda no tiene carácter retroactivo.
Varios estados miembros apoyaron la propuesta de España y expresaron su deseo de modernizar y actualizar la organización, recordando, como Costa Rica, que las leyes están hechas para los hombres y no para los nombres. Sudáfrica aprovechó la ocasión para reclamar la rotación en el cargo de secretario general que, hasta ahora, siempre ha sido ocupado por europeos, salvo una vez que fue desempeñado por un mexicano.
Después de un vivo debate provocado por la enmienda, España volvió a ser protagonista de la sesión, al pedir que la votación para la reelección de Frangialli fuera secreta, lo que se encontró con la desaprobación de varias delegaciones, que no veían ningún sentido en someter al voto secreto al único candidato, además recomendado previamente por el Consejo Ejecutivo.
Al salir finalmente reelegido por 86 votos a favor, 14 en contra y 3 abstenciones, Frangialli fijó sus tres prioridades para los próximos años. La primera de ellas es conseguir que la OMT termine la evolución emprendida con su transformación en una agencia especializada de la ONU y se convierta realmente en una organización mundial, lo que, a su juicio, "no será posible hasta que los pocos países grandes (Estados Unidos y los nórdicos) no se unan a nosotros".
Otro de sus principales retos es la lucha contra la pobreza a través del programa Turismo Sostenible-Eliminación de la Pobreza (ST-EP), que ha obtenido la aprobación de la asamblea para llevar a la práctica sus actividades.
Asimismo, Frangilli anunció cambios entre los altos cargos de la OMT, con el objetivo de permitir la entrada de gente joven de diferente procedencia que aporte nuevas ideas a la organización.
"Cuando lo haya hecho, creo que habré concluido mi propósito para la OMT", afirmó.
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