IACA previene ante los efectos de la entrada de las aerolíneas en el mercado del CO2

La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (Internacional Air Carrier Association, IACA), que agrupa 37 aerolíneas que tienen en el viajero de ocio su principal cliente, ha alertado a la Comisión Europea sobre los efectos que podría suponer para las aerolíneas integrarse en el ETS (Emission Trading écheme, mercado de emisiones). La responsabilidad de las compañías aéreas en la contaminación y la gestión medioambiental ha sido el eje central de la junta general anual de la asociación, que ha reunido durante dos días en Llucmajor (Mallorca) a miembros de las 37 aerolíneas europeas que la componen. Según explicó Román Pané, que la semana pasada fue elegido presidente de IACA, tras ejercer el cargo en funciones el último año, diversos ponentes expusieron el reto que afrontan las aerolíneas para reducir los gases contaminantes. Pané, que destacó los avances realizados en los últimos años para reducir la contaminación de los aviones, señaló que cualquier medida que se aplique en este sentido no debe afectar al crecimiento de una industria "motor" de la economía global. Por ello, los miembros de la organización, en una sesión abierta, discutieron las mejores medidas para encontrar el equilibrio entre la responsabilidad de las compañías en el cuidado del medio ambiente y el crecimiento, cada vez mayor, de las empresas. El también presidente de Futura aclaró que, durante la jornada, se descartaron varias opciones "que compensen" la contaminación que generan las aerolíneas, entre ellas pagar de modo proporcional a la emisión de gases contaminantes, bien a través de una carga adicional sobre el precio de los billetes, que perjudicaría al pasajero, o en función del carburante utilizado. Pané consideró ambas opciones negativas para el sector ya que se disminuiría la demanda y no se sabría de modo cierto el destino del dinero recaudado. En cambio, señaló, IACA ha trasladado a un miembro de la Comisión Europea la posibilidad de integrarse en la ETS, en la que, a través de un sistema de bonos que se dan a cada aerolínea según el nivel de contaminación, se mantendría un techo límite de emisión de gases. Esto quiere decir que si una aerolínea contamina más de los bonos con los que cuenta, debería comprar más a otra compañía que emita menos CO2 de lo que tenía adjudicado por el sistema. (HOSTELTUR)(transportes@hosteltur.com)