Trabajadores de Aerolíneas Argentinas y su subsidiaria Austral marcharon ayer en defensa de su empleo y contra las huelgas que realizan parte de sus compañeros, hechos que a su juicio "ponen en peligro la continuidad de la compañía".
A la movilización, que se desarrolló en el centro de Buenos Aires, se adhirieron cinco de los siete sindicatos que representan a los 8.500 trabajadores de ambas líneas aéreas, integrantes del grupo español Marsans.
El titular de la Unión de Aviadores de Líneas Aéreas (UALA), Ángel Brunialti, señaló que las fuentes de trabajo "peligran" por las medidas de fuerza que desde hace varios meses realizan la Asociación del Personal Técnico Aeronáutico (APTA) y la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA). Estos dos últimos sindicatos, de los cuales tomaron distancia los restantes cinco, reclaman aumentos de salarios de entre el 45 y el 70% y han realizado varias huelgas, la última de ellas el 9 de marzo. "La permanente amenaza de paros y medidas de fuerzas están haciendo colapsar la compañía porque el pasajero pierde la confianza en la regularidad de los servicios, lo que pone en riesgo nuestro trabajo", dijo Brunialti.
La Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA) ya había denunciado hace una semana que el objetivo de los paros realizados por los sindicatos de técnicos y pilotos de Aerolíneas Argentinas es liquidar la compañía. Para la AAA, los paros sorpresivos "son realizados solamente por dos sindicatos que representan a menos del 20% de los trabajadores", mientras que el resto de la plantilla de Aerolíneas Argentinas que no participa de las medidas de fuerza ha quedado como rehén "junto a los usuarios".
"Los paros parecen tener como objetivo liquidar a Aerolíneas Argentinas y sacarla del mercado para favorecer los intereses comerciales particulares de otros", denunciaron los navegantes aéreos.
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