El presidente balear, Jaume Matas, resaltó ayer la atracción del turismo de golf de la Costa del Sol, "porque es un turismo de calidad y de todo el año", al contrario que en las Islas Baleares, "donde los doce millones de visitantes al año llegan en seis meses".
Matas, que participó en Marbella en un Foro de Turismo organizado por el PP, explicó que las Islas han "cerrado el año 2005 recibiendo algo más de 11,6 millones de turistas, pero llegan en seis meses", y apuntó que a la Costa del Sol la ven "con cierta envidia por el turismo de golf que ha sido capaz de atraer" a los turistas durante todo el año.
En este sentido, Matas aludió al "problema" que tienen las Islas Baleares, que es el de la "estacionalización" del turismo, por lo que tomará "referencias de políticas pioneras de la Costa del Sol".
Sobre la trama de corrupción en el Ayuntamiento de Marbella destapada por la "Operación Malaya", apuntó que "perjudica a Marbella", pero también a Andalucía y a toda España. En este sentido, celebró que el PP haya "sabido permanecer durante todos estos años defendiendo el buen nombre de los políticos y demostrando que hay políticos honrados".
Matas auguró que "lo que ha sido una buena noticia para todos tiene que ser un revulsivo de cara al futuro", porque "al final, los ciudadanos son inteligentes y saben quién ha obrado bien durante este tiempo".
Por otra parte, y en relación con el turismo balear, indicó las experiencias "en estos últimos años dentro de una política turística que ha tenido que recuperar una situación que era difícil". En tal sentido recordó que, entre 2000 y 2003, las Islas Baleares perdieron un millón de turistas, "debido en gran parte al contexto internacional que influyó, pero también por unas políticas desacertadas", que dieron como consecuencia una "crisis del modelo turístico".
En cuanto a la situación del turismo por el aumento de plazas hoteleras, Matas hizo referencia al caso de las Islas Baleares de hace seis años, cuando fueron "pioneras en la contingentación de las plazas turísticas". Recordó que en 1998 se aprobó en su comunidad "una ley general turística que impedía el crecimiento de las plazas hoteleras si no era a cambio de la reconversión de las que estaban obsoletas".
En este sentido, aseguró que "para actuar con calidad, garantizar la generación de riqueza y crear empleo, es imprescindible controlar el crecimiento de las plazas hoteleras".
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