Dirigentes de la Coordinadora Independiente del Sector Aéreo (CISA), uno de los sindicatos minoritarios en el Comité de Empresa de Iberia, acusan a la compañía aérea y a los sindicatos con representación mayoritaria de haber inducido a la crisis que se generó el pasado 28 de julio en El Prat buscando "solucionar el problema de las licencias", sin imaginar que se generaría tal situación.
Los portavoces de CISA refirieron ayer en rueda de prensa que sus dirigentes no fueron convocados a la asamblea que, según afirman, fue organizada por CC OO y UGT, con el conocimiento de Iberia, en el patio de la Terminal A, una zona de acceso restringido del aeropuerto.
Cristina Zaragoza, empleada de Iberia y afiliada a CISA, relató que los delegados sindicales de UGT dijeron a la asamblea que la pérdida de la licencia por parte de Iberia les dejaría sin empleo. Es de destacar que más de la mitad de los trabajadores del área de handling tienen contrato eventual con Iberia desde hace tiempo, siendo continuamente renovado. Esta condición les crea inquietud, ya que como no son de la nómina, temen que al cambiar la titularidad de la licencia, las nuevas adjudicatarias no estén obligadas a absorberlos. Sin embargo, Fernando Conte extendió a este colectivo la garantía de estabilidad laboral hasta el 2010 que otorgó a sus pilotos.
Zaragoza indica que se creó "una reacción espontánea de la inmensa mayoría de los trabajadores de ocupar las pistas", sin pensar en las consecuencias. Confirma que desde el jueves ya se habían colocado tractores cortando el paso y parte del equipaje no fue despachado, por lo que "lo de la huelga ya se sabía, pero nadie pensaba que acabaría así".
Miguel Angel Sánchez, presidente de CISA, resaltó que cuál era si no la finalidad de convocar una asamblea de 9 a 11 de la mañana en un día tan importante de operación salida.
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