La nueva amenaza terrorista vivida el pasado jueves puede afectar la recuperación que venía registrando la industria aérea mundial con repercusiones en el sector turístico. El mantenimiento de medidas de control elevará los costes de seguridad y deteriorará la confianza de los consumidores, contrayendo nuevamente la demanda, según han aseverado a HOSTELTUR portavoces del sector aéreo.
Los menos optimistas advierten de que, aunque el ataque fue frustrado por los cuerpos de seguridad, el incidente fue una muestra de que los operadores aéreos siguen expuestos a riesgos en el marco de la lucha internacional contra el terrorismo. Y aunque no es comparable con el 11 de septiembre, ya que esta vez pudo ser atajado, los procedimientos posteriores generan una inmediata cancelación de vuelos y una contracción de la demanda.
Apuntan que estos efectos negativos por los miles de vuelos cancelados, los molestos controles posteriores y la ralentización del tráfico aéreo mundial ha traído, sin embargo, una caída de poco más de un 3% del precio del combustible.
El transporte ferroviario está registrando en cambio una activación de su demanda, impulsada por la cancelación y el retraso de los vuelos. También Eurostar ha tenido copados sus trenes por pasajeros que querían trasladarse a territorio continental vía Londres-París, bajo el Canal de la Mancha.
Impacto en el sector
Las compañías aéreas apenas comenzaban a recuperarse del coletazo del 11 de septiembre de 2001, suceso que significó pérdidas combinadas a la industria aérea por cerca de 40 mil millones de dólares a 2004, según las cifras de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA). En días pasados, seis de las diez grandes compañías estadounidenses anunciaban unos resultados para los primeros seis meses del año que, por primera vez en cinco años, no estaban en rojo.
Las fuentes consultadas indican que el reciente episodio, en principio, podría despertar nuevamente el temor a volar, paralelamente a mayores costes por la implantación de nuevos dispositivos de seguridad.
Además, señalan que podrían verse más afectados los viajes de largo radio y trasatlánticos, en los que las grandes aerolíneas europeas y estadounidenses han venido invirtiendo por ser más rentables, ya que en los de mediano y corto alncance confrontan una importante competencia con las compañías low cost. Así como las inversiones en las clases primera y de negocios, que podrían volver a registrar un retroceso, por las molestias que provocan los controles de seguridad, dejando sin efecto los servicios premiun que las aerolíneas reservan para estos pasajeros. Son los segmentos en los que compañías como Iberia, British, Air France, Lufthansa, Delta, Continental, entre otras, han logrado resultados superiores y les han permitido mejorar sus últimos reportes financieros.
Igualmente, se apunta que algunas medidas de seguridad podrían echar para atrás el avance en algunos procedimientos que ya realizaba automáticamente el pasajero, como la reserva, facturación y emisión de billetes, incentivado por la IATA por el ahorro de miles de millones de euros que suponen para las aerolíneas, para volver a ser estrictamente controlado por personal de las compañías aéreas.
Las opiniones más optimistas consideran, sin embargo, que el hecho de que el ataque haya podido ser abortado y no haya habido víctimas ni aviones siniestrados, como sucedió en el S-11, ya de por sí genera algo más de tranquilidad o confianza. En cualquier caso, será en la próxima temporada cuando podrán detectarse mejor los efectos iniciales del suceso, dado el nivel de reservas y la fecha actual.
Colateralmente, el episodio ha tenido igualmente repercusiones en otras industrias en el sector de turismo, tales como agencias de viajes, hoteles e importantes destinos turísticos en el Reino Unido y otros puntos del continente, que recibían la cancelación de reservas y paquetes de viaje, tras el anuncio de la policía británica.
Como siempre, el usuario será el más perjudicado, pues desde ya se ha señalado que hay escasísimas posibilidades de que los viajeros afectados reciban alguna indemnización por la irrupción del servicio, salvo la flexibilización de fechas y cambios establecida por las aerolíneas. Un portavoz de la Asociación de Agentes de Viaje Británicos (ABTA por su denominación en inglés) ha apuntado a la prensa británica que las compañías no están en obligación de compensar a los pasajeros, ya que el episodio es un típico caso de causas de "fuerza mayor", y sólo se les cambiará la fecha de los pasajes, aunque no el destino, o el reembolso.
Diana Ramón (transportes@hosteltur.com)
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