El Gobierno tibetano ha pedido a los visitantes procedentes de China que espacien sus viajes a la región, ya que en estos momentos la zona se encuentra colapsada. Se trata del efecto provocado por la reciente inauguración de la línea ferroviaria Qinghai-Tibet.
Desde la Oficina de Turismo del Tibet en Shanghai han informado de que se producen aglomeraciones para entrar en el Palacio de Potala, por lo que se ha tenido que reforzar la seguridad y las visitas se acortan. Para poder acceder al templo, los turistas deben solicitar un permiso con 24 horas de antelación, y si no consiguen llegar a tiempo pierden la oportunidad de entrar.
Desde que el pasado 1 de julio se inauguró la línea ferroviaria que enlaza Qinghai con el Tibet, el número de turistas chinos se ha duplicado y las 100.000 plazas de hotel de que dispone la capital, Lhasa, se encuentran ocupadas casi al 100%.
HOSTELTUR (actualidad@hosteltur.com)
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