Científicos del gobierno y el sector privado de Estados Unidos realizan investigaciones sobre combustibles alternativos para impulsar aviones comerciales, aunque con la advertencia de que podría tardar años su uso generalizado. Una de las mayores dificultades radica en probar la utilización de tales productos en condiciones severas.
Todavía algunos hallazgos resultan aún mucho más costosos que los carburantes de jets que pretenden sustituir. El director de desempeño ambiental de Boeing, Billy Glover, ha apuntado que "es mucho más fácil crear un combustible para autos que para aviones".
Sin embargo, los crecientes precios del crudo sobrepasando todos los "récord históricos" registrados hasta ahora, han avivado el interés por este tipo de investigaciones. Los técnicos de Boeing aseguran que no sólo les preocupan los costes actuales sino la disponibilidad de carburantes en el futuro, lo que hace más necesaria la búsqueda de alternativas energéticas.
La mayoría de los aviones comerciales consumen en la actualidad un combustible parecido al queroseno liviano, más pesado que la gasolina de la mayoría de los automóviles pero no tanto como el diesel, y está diseñado para los particulares rigores de los viajes aéreos, como el frío extremo.
Una alternativa es el biodiesel, que puede elaborarse con frijol de soja, maíz y otros productos naturales, y es usado en algunos automóviles. Un problema significativo, sin embargo, es que el biodiesel se congela a una temperatura mayor que el combustible tradicional, lo cual podría generar problemas en el aire gélido a 10.000 metros de altura.
Por las nubes
Mientras tanto el precio del petróleo brent, referencia para Europa, sobrepasó hace pocos días cualquier especulación llegando a cerrar en más de 77 dólares el barril referencia para Europa.
La estimación de pérdidas globales para la industria aérea por este concepto vuelve a quedarse corta, más allá de los 3.600 M € en que se habían calculado a finales de 2005.
Para las autoridades del sector lo preocupante es que ya el encarecimiento del petróleo "no es un fenómeno coyuntural", como a comienzos de los años 80 ó 90, sino que está pasando a ser un factor "permanente de costes suplementarios, en particular para el transporte aéreo".
Desde la Organización Mundial del Turismo han advertido que este factor será absorbido, aunque ejercerá una presión estructural sobre el conjunto del sector turístico: por un lado, acentuará el desarrollo interregional de la demanda y, por otro, impulsará la concentración de hoteles, turoperadores, agencias de viajes y compañías de transporte.
Adicionalmente, las aerolíneas se enfrentarán a los costes crecientes de la seguridad y las tasas aeroportuarias. Iberia ha perdido 44,98 millones de euros en el primer trimestre del 2006, un 179% más que en el mismo periodo del año anterior, debido sobre todo, según la empresa, a la fuerte subida del precio del combustible: 80 millones de euros más que en el mismo periodo de 2005.
Hace unos cuatro meses las aerolíneas españolas Iberia, Spanair, Globalia y Air Madrid incrementaron sus cargos por combustible, salvo Vueling que siempre ha rehusado hacerlo, y en el caso de Air Europa volvió a subirlo a finales de julio pasado. Por ahora, todas las consultadas por HOSTELTUR afirmaron que estudian la situación pero todavía no toman una decisión sobre un nuevo aumento.
Fuera de España, la portuguesa TAP, Air France, la australiana Quantas y algunas de las principales estadounidenses han anunciado un aumento significativo en algunos casos de su recargo por carburante.
En la última subida en abril, igualmente se verificó, tal como publicó este diario, que el precio medio del billete aéreo, según la producción del BSP, había crecido, situándose en los 228,10 euros, un 4,27% más, por el efecto que el encarecimiento del crudo ha tenido en las tarifas aéreas.
Diana Ramón (transportes@hosteltur.com)
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