La temporada de verano ha resultado positiva para el turismo francés, con un aumento de la actividad del 2% en julio y agosto respecto a los mismos meses de 2005, según los datos de un estudio presentado ayer por el gabinete Protourisme.
Según el informe, esta mejora se produjo pese a las condiciones climáticas del verano, con un mes de julio "canicular" y con "el mes de agosto más frío desde 1986", aunque destaca la capacidad de resistencia del sector también a la coyuntura económica.
"La subida de esta temporada se debió al tirón del turismo urbano y de los destinos costeros, que en conjunto experimentaron un alza del 3%, mientras que la montaña y el campo sufrieron un retroceso del 3,5%", señala Protourisme. Junto a esa progresión global de la actividad del 2%, la facturación del sector turístico subió del 4 al 5%, "lo que se explica por el aumento de los precios y de la gama media de la oferta", indica el estudio.
En cuanto al origen de los turistas, Protourisme indicó que los franceses disminuyeron sus salidas al exterior en un 2%, lo que atribuye al encarecimiento de los destinos tradicionalmente baratos, como Croacia, Túnez, Marruecos o Egipto, así como de las tasas y los billetes en el transporte aéreo.
El estudio destaca que los extranjeros, "que habían dejado Francia por nuevos destinos" de precios bajos marcan "una vuelta con fuerza este verano, con una progresión de casi todas las nacionalidades".
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