Los títulos de la aerolínea italiana Alitalia cayeron ayer el 9,12% en la Bolsa de Milán, lo que agrava aún más la crisis financiera y de gestión de la compañía en la que el Estado italiano controla el 49% del capital.
El desplome se produjo pese a que la empresa aseguró que no está en riesgo de quiebra en los próximos meses, al contrario de lo que manifestó hace unos días el primer ministro, Romano Prodi, quien afirmó el pasado martes que la empresa estaba "fuera de control". Incapaz de superar sus pérdidas (167 millones de euros en el año 2005) y con unas perspectivas de perder en el actual ejercicio unos 300 millones, la empresa sigue cediendo cuota de mercado frente a otras aerolíneas.
La empresa celebrará un Consejo de Administración el próximo 19 de octubre para intentar aprobar un plan industrial para 2007-2009, según anunció la aerolínea en un comunicado.
El ministro de Transportes, Alessandro Bianchi, quiere presentar un plan de futuro con el fin de situarla como un operador nacional fuerte con posibilidades de entablar alianzas internacionales. Su propósito es conseguir una nueva inyección de capital, apenas un año después de una ampliación de 1.000 millones de euros, que no han permitido superar la crisis.
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