La jurisprudencia apoya al hotelero. Los contratos de garantía aseguran al hotel los ingresos, independientemente de la ocupación. La ley está de su parte, pero el mercado juega en su contra. La sobreoferta inclina la balanza del lado de los intermediarios que imponen condiciones y precios y eluden comprometerse con garantías. Estas son algunas de las conclusiones extraídas del encuentro Justicia-Empresa en el Ámbito del Turismo celebrado en la Cámara de Comercio de Mallorca.
Si se establece una garantía en el contrato firmado entre la agencia de viajes y el hotelero, da igual la ocupación: existe la obligación por parte de la agencia de pagar al hotel. Este hecho está avalado por 15 sentencias de los tribunales que han sido analizadas por el magistrado de la Audiencia Provincial de las Islas Baleares, Santiago Oliver, en su ponencia.
Multitud de posibilidades garantizadas
Las garantías pueden ser de muchos tipos, por el 100% de las plazas, por un número parcial de plazas, por un número diferente dependiendo de la temporada (un ejemplo basado en un caso real es el de un contrato que garantizaba el 100% en temporada alta y el 0% en baja y media). Las posibilidades existen y sus términos los establecen las dos partes antes de la firma. Desde 1978 hay en la normativa la figura de la garantía. "Sí se pueden establecer, pero otra cosa es que se pueda conseguir", ha indicado Oliver.
Ahí es donde encuentran los empresarios hoteleros los problemas. Pedro Cañellas, presidente de la Federación Hotelera de Mallorca, ha señalado en el encuentro que estos contratos son beneficiosos para los empresarios, pero que "lamentablemente" debido al exceso de oferta turística, el envejecimiento de la planta hotelera y el enorme poder de los turoperadores, "la realidad no sea muy buena".
Abuso por parte de las agencias
Los contratos que se firman ahora "se configuran como un contrato con condiciones impuestas unilateralmente por la agencia de viajes", ha afirmado Cañellas. Sobre esta situación ha asumido parte de culpa, puesto que las asociaciones hoteleras no han sabido unir las fuerzas del sector para no estar a merced de los intermediarios.
De todos modos, Cañellas también ha señalado que el contrato de garantía se podría denominar "el añorado", ya que ahora, lo más habitual entre la agencia y el alojamiento es un contrato de contingente sin garantías. En este "el hotel queda obligado a reservar un cupo de habitaciones para la agencia y la agencia de viajes queda obligada a vender estas plazas, pero sin obligación de ocupar", indica Cañellas.
Pero los contratos de garantía se firman en función de la oferta y la demanda. Así que los buenos datos de la temporada pasada y las buenas previsiones para la que viene puede provocar que se firmen más contratos de garantía. "Ojalá fuera así", ha opinado Cañellas.
Laura Malone (hoteles@hosteltur.com)
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