La agencia de viajes francesa Voyageurs du Monde puso en marcha ayer un sistema para incitar a sus clientes a "compensar" las emisiones de dióxido de carbono (CO2) de sus traslados en avión, con proyectos de desarrollo solidarios que combaten los efectos negativos de esas emisiones contaminantes.
Esas compensaciones equivalen al costo estimado de las emisiones del CO2 en los vuelos de los aviones, en el caso de que las compañías tuvieran que pagar por los derechos de emisión de este gas, que se considera el principal responsable del recalentamiento climático. En su sitio de internet, Voyageurs du Monde explicó que "aunque no es posible eliminar las emisiones de CO2 de un viaje en avión, es posible compensarlas, es decir, participar voluntariamente a la altura del coste de su emisión a proyectos de desarrollo solidario que permiten ahorrar emisiones de CO2".
En concreto, se han identificado dos tipos de proyectos en países en desarrollo: unos para la financiación de repoblaciones forestales que absorben más dióxido de carbono de las que generan y otros para invertir en tecnologías "limpias" de producción de energía, como la solar o la eólica.
La agencia de viajes proporciona vínculos en su web con otros sitios de internet que calculan las emisiones de CO2 en función del trayecto, y a modo de ejemplo explica que un trayecto de ida y vuelta entre París y Nueva York supone la generación de una media de 2,94 toneladas de este gas por pasajero. El coste medioambiental que compensaría esa contaminación sería de 71 euros. Si los 120.000 clientes de la empresa aceptaran la propuesta, a una media de 30 euros cada uno, eso significaría la recaudación de unos 3,6 millones de euros.
Paralelamente, Voyageurs du Monde se ha comprometido desde comienzos de año a pagar la compensación por la contaminación generada por los desplazamientos profesionales de sus profesionales, y que ha cifrado en "unos 35.000 euros al año". El presidente de la empresa, Jean-François Rial admitió que en la iniciativa hay un interés publicitario, aunque insistió en que lo que le importa es "actuar".
La contaminación causada por los viajes fue objeto de una polémica a finales del pasado año en Francia, después de que el sitio internet de la compañía ferroviaria SNCF lanzara un comparador de emisiones de CO2 en función del trayecto y del medio de transporte utilizado. La compañía aérea Air France se quejó de que ese comparador estaba falseado porque magnificaba la contaminación causada por los aviones y no tenía en cuenta toda la contaminación provocada por los trenes, en particular en la generación de la electricidad que utilizan para impulsar sus motores
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