La segunda fase de las negociaciones entre Estados Unidos y la Unión Europea sobre un acuerdo de 'cielos abiertos' deberá iniciar a más tardar en enero de 2008; anunció ayer en Vicepresidente de la Comisión Europea encargado de los Transportes Jacques Barrot, al presentar los términos del preacuerdo alcanzado ante el Parlamento Europeo, advirtiendo que si no se tiene un convenio de aquí a mediados de 2010, se podrían dejar sin efecto varios de sus elementos.
Barrot destacó que el proyecto de pacto logrado era muy beneficioso para Europa, una vez que había restablecido el equilibrio entre los derechos de las compañías americanas y los de las europeas, confiando en que, dada la dinámica establecida, se vencerán las últimas resistencias respecto a los aspectos de la propiedad y el control sobre las empresas.
"Lo que tenemos al alcance es la posibilidad para una compañía europea de poder volar libremente desde cualquier punto en Europa hacia cualquier destino en los Estados Unidos, sin importar la nacionalidad de la compañía. Actualmente si se quiere volar entre Bruselas y Washington, sólo se puede hacer con una compañía americana o una compañía belga y, desde la quiebra del Sabena, y en ausencia de transportista belga en esta ruta, de hecho sólo se puede hacer en una estadounidense, razón por la que el Tribunal de Justicia Europeo declaró ilegales estos acuerdos bilaterales, porque discriminan nuestras compañías europeas sobre la base de la nacionalidad. Con este acuerdo, Estados Unidos reconoce la naturaleza europea de nuestras compañías".
Citó que 16 países tienen acuerdos de 'cielos abiertos' con EE UU, pero once no. "Eso quiere decir que no pueden volar directamente de los Países Bálticos hacia los Estados Unidos y que el número de rutas hacia ese país desde España, Irlanda y Grecia, en particular, está severamente limitado", agregó.
Mayor equilibrio
Barrot resaltó los controversiales aspectos referidos a las inversiones europeas en compañías aéreas de Estados unidos y que, tras la última ronda de negociaciones, equilibran el acuerdo más en favor de Europa: la ley americana dispone que un extranjero no puede tener un 25% de las acciones con derecho de voto de una compañía americana ni puede controlarla. El acuerdo asegura que los inversores europeos tengan derecho a más de un 50% del capital total, sin que esto suponga el control de la compañía, de forma que las autoridades americanas tratarán las inversiones europeas de manera justa y expedita. Igualmente se contempla el derecho a firmar acuerdos de franquicia y colocar marcas europeas o vender conocimientos técnicos a una compañía local. "Estos derechos no podrán ponerse en entredicho y, de aprobarse, no podrán estar sujetos a cambios unilaterales en los Estados Unidos".
En cuanto a inversiones de americanos en Europa, la UE se ha reservado la posibilidad de limitarlas al 25% que establece sus leyes. Igualmente, otro aspecto asentado fue el referido a la inversión europea en terceros países y la inversión de terceros países en las compañías europeas
Finalmente, Barrot concluyó señalando que "lo que está en juego en los próximos cinco años son 12 mil millones de euros de beneficios económicos, 80.000 empleos a ambos lados del Atlántico, 26 millones de pasajeros que tendrán una posibilidad de viajar entre Europa y los Estados Unidos y de 50 a 75 millones de viajeros".
Diana Ramón (transportes@hosteltur.com)
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