Un avión Airbus A-340 de LAN estuvo a 40 segundos de impactar contra una masa incandescente que caía desde el espacio, a más de cinco horas de Nueva Zelanda, la noche del martes 27 de marzo.
En un primer momento se creyó que el objeto espacial podría tratarse de restos de una nave "Progress M-58" rusa, que se acoplaban a la antigua estación espacial MIR, ya que Rusia había establecido una notificación internacional que advertía la caída de basura espacial entre el 27 y el 28 de marzo, en una zona del Pacífico Sur.
Pero la Agencia del Espacio de la Federación Rusa aseguró que "fue un meteorito y no la caída de un satélite", ya que los escombros espaciales cayeron dentro del horario programado.
Ken Mitchell, portavoz de la autoridad aeronáutica neozelandesa, tampoco descartó que se tratase de meteoritos debido a que la zona donde el piloto habría visto caer los objetos está alejada del cuadrante calculado por los rusos para el reingreso de la nave.
El avión se dirigía hacia Auckland, con destino final en Sydney, y había entrado poco después de las 22:00 horas en espacio aéreo de Nueva Zelanda, cuando el piloto reportó que "escombros ardiendo reingresaban a la atmósfera", generando un ruido "que podía ser escuchado delante de la nariz del avión". Según su descripción, pasaron tan cerca que se los podía escuchar "como si quebraran la barrera del sonido".
Según el piloto, del que LAN no quiso revelar la identidad, la distancia de los escombros y la aeronave era de unos ocho kilómetros. El avión vuela a una velocidad crucero de 900 km por hora, lo que implica que sólo 40 segundos separaron al avión del impacto de estos proyectiles. Aunque, por suerte ningún pasajero del vuelo 801 de LAN se percató del peligro.
HOSTELTUR (latinoamerica@hosteltur.com)
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