Los controladores aéreos de Brasil, que el viernes paralizaron por completo el transporte aéreo del país, han descartado que pretendan realizar una nueva huelga a partir del jueves, para cuando se espera un significativo aumento de los vuelos por los festivos de Semana Santa.
En un comunicado que publicó en su página en internet, la Asociación Brasileña de Controladores del Tráfico Aéreo (ABCTA) informó de que no pretende realizar una nueva huelga y dijo confiar en el cumplimiento del acuerdo que alcanzó en la madrugada del sábado con el Gobierno para negociar sus reivindicaciones.
La Asociación atribuyó a un "momento de nerviosismo" las declaraciones de la víspera de uno de sus abogados en el sentido de que Brasil puede vivir un nuevo caos aeroportuario durante semana santa debido a la insatisfacción de los controladores.
Según el abogado Normando Cavalcante, si el Gobierno no cumple lo acordado con los controladores, el festivo de Pascua en Brasil puede convertirse en un "infierno". "Reafirmamos nuestra confianza en que el Gobierno Federal cumplirá el acuerdo", afirma el comunicado de los controladores.
"Informamos a la sociedad brasileña de que este acuerdo renovó los ánimos de los controladores, que harán lo posible para que, dentro de sus atribuciones, todo vuelva a la normalidad", agrega la nota.
La huelga iniciada por los controladores en la tarde del viernes paralizó por completo el transporte aéreo en el país; causó atrasos de hasta 24 horas de algunos vuelos; afectó a unos 18.000 viajeros y obligó a las autoridades aeronáuticas a desviar hacia países vecinos vuelos internacionales que tenían a Brasil como destino.
La paralización apenas concluyó el sábado después de que el Gobierno aceptara todas las reivindicaciones de los controladores, entre ellas un aumento salarial, mejoras en las condiciones de trabajo y la desmilitarización de ese sector.
Los controladores brasileños estaban subordinados, por lo menos hasta la semana pasada, a la Fuerza Aérea y por lo mismo estaban regidos por normas disciplinarias que prohíben las huelgas y prevén su acuartelamiento y su participación en ejercicios militares.
Presionado por el caos provocado por la huelga, el presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, mandó a su ministro de Planificación, Paulo Bernardo, a negociar un acuerdo con los controladores pese a que el comando de la Fuerza Aérea, desautorizado, ya había ordenado el arresto de los huelguistas.
La paralización del viernes, sin embargo, apenas fue el momento más grave de la crisis aeroportuaria que vive Brasil desde octubre del año pasado, cuando un choque entre dos aviones provocó la muerte de 154 personas en la Amazonía.
Tal crisis, que en varias oportunidades se ha reflejado en cancelaciones y atrasos de vuelos, congestión en los aeropuertos y hasta protestas violentas de los pasajeros, ha sido atribuida tanto a las presiones de los controladores como a los anticuados equipos para el control aéreo y a la mala gestión de los aeropuertos.
Pese a que los controladores volvieron a trabajar el sábado, el país vive aún hoy los coletazos de la huelga. Según el último boletín de Infraero, la estatal responsable por la administración de los aeropuertos, el 6,5% de los 820 vuelos previstos hasta el mediodía de este lunes sufrió atrasos de más de una hora y un 1% tuvo que ser cancelado.
Pese a que en el acuerdo el Gobierno se comprometió a no tomar represalias contra los huelguistas, la Procuraduría, con poderes autónomos, abrió hoy una investigación para intentar identificar y sancionar a los responsables por el paro.
HOSTELTUR (latinoamerica@hosteltur.com)
Para comentar, así como para ver ciertos contenidos de Hosteltur, inicia sesión o crea tu cuenta
Inicia sesiónEsta noticia no tiene comentarios.