El gobierno de Argentina negó ayer que el país esté ante una "inminente catástrofe aérea" y sostuvo que, según los principales organismos internacionales de control, las condiciones de seguridad para la aviación comercial son "adecuadas".
"No hay que entrar en una prédica apocalíptica", advirtió la ministra de Defensa, Nilda Garré, en medio de la polémica por el cese en el funcionamiento del radar que controla las operaciones aéreas de los dos aeropuertos más importantes de Argentina, situación que motivó que la Federación Internacional de Asociaciones de Pilotos de Líneas Aéreas (IFALPA) recomendara a los comandantes de aeronaves "extremar las medidas de vigilancia y precaución" en el país sudamericano, ya que los aeropuertos de Ezeiza, a las afueras de Buenos Aires, y el Jorge Newbery, de la capital argentina, operan de forma manual desde que el 1 de marzo la caída de un rayo averió el radar que controla los vuelos de ambas estaciones, tal como publicó este diario en su edición de ayer.
En una rueda de prensa ayer, Garré anunció que España ha prestado a Argentina un radar secundario cuya llegada es "inminente", y ratificó que antes de fin de año se incorporarán otros cuatro radares a los cinco existentes.
Según Garré, tanto la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) como la Asociación del Transporte Aéreo Internacional (IATA) "consideran que las condiciones de seguridad aérea en Argentina son adecuadas" y añadió que "hay desinversión en este sector desde hace muchos años".
La ministra anunció que ayer se esperaba la llegada a Buenos Aires de José Miguel Ceppi, responsable para América Latina de la OACI, "quien viene a evaluar la seguridad aérea del país", precisó.
J.A.Tamargo (latinoamerica@hosteltur.com)
Para comentar, así como para ver ciertos contenidos de Hosteltur, inicia sesión o crea tu cuenta
Inicia sesiónEsta noticia no tiene comentarios.