La temporada ciclónica de 2007 acaba de empezar y lo ha hecho con la llegada de la primera depresión tropical, Barry, que se formó en el Golfo de México el 1 de junio y se desplazó por el Caribe sin grandes consecuencias.
Según estimaciones de la Agencia Nacional del Océano y la Atmósfera (NOAA, sus siglas en inglés) de Estados Unidos, para este año 2007 se esperan en el área del Caribe entre 13 y 17 tormentas tropicales y al menos siete huracanes de gran potencia, de estos, los expertos consideran que tres o más podrán alcanzar vientos superiores a los 220 kilómetros por hora, lo que los convierte en extremadamente peligrosos.
La NOAA considera que existe un 75% de probabilidades de que se generen en la cuenca del Atlántico huracanes con categoría superior a tres en una escala de cinco. "Hay que entender que estamos en medio de una etapa especial que se inició a mediados de la década de los 90 y que suele durar 20 ó 30 años, quizás más", comentó Jack Beven, experto del Centro Nacional de Huracanes de La Florida, citado por el diario El Nuevo Herald, de Miami.
Los principales destinos turísticos se preparan
Ante estos pronósticos, México, República Dominicana y Cuba, principales destinos turísticos en el Caribe, han puesto desde principios de junio en alerta sus sistemas de defensa anti huracanes para hacer frente a estos fenómenos y minimizar al máximo sus daños, que suelen ser cuantiosos, como lo ha demostrado en los tres últimos años los huracanes Katrina y Wilma, que arrasaron Nueva Orleans y Cancún respectivamente.
Estos tres países, ubicados, al igual que el sur de Estados Unidos, en la zona más activa de huracanes en el Atlántico, tienen gran experiencia en el enfrentamiento de estas tormentas y todos ellos poseen planes de emergencia que, de cumplirse por todos los interesados, reducirán al máximo los daños materiales y sobre todo la pérdida de vidas humanas.
Los expertos recomiendan que lo más importante cuando se anuncia la formación de una depresión tropical, que suele ser la antesala de un huracán, es estar atentos a las informaciones oficiales y adoptar con tiempo todas las medidas previstas en los planes nacionales anti huracanes y, una vez que el huracán ataca, obedecer las órdenes de los sistemas de defensa civil.
Los hoteles ubicados en las zonas costeras, que son las más amenazadas por los huracanes, fundamentalmente por las penetraciones del mar, tienen todos un protocolo para estos casos y saben lo que deben hacer en cada momento, sobre todo en la preservación de vidas humanas. "Lo importante es actuar con antelación suficiente, tener activados los planes emergentes de evacuación, almacenar suficiente agua y comida, estar atentos en todo momento a las informaciones de las autoridades y cumplir disciplinadamente sus órdenes", aconsejan los expertos. La temporada de ciclones en el Caribe va del 1 de junio al 30 de octubre.
José Antonio Tamargo (actualidad@hosteltur.com)
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