En algunos hoteles, menos es más

El principal objetivo de hoteles como estos es hacer sentirse único al cliente. Lógicamente bastante más fácil cuando se es el único cliente del hotel, como bien afirman desde The One Hotel. Los servicios de este establecimiento son los mismos que los de un hotel tradicional, con su recepción, su conserje y sus paquetes temáticos, aunque adaptados a sus instalaciones, por lo que el salón de la suite se convierte también en el restaurante del hotel. Pero no hace falta irse tan lejos para convertirse, literalmente, en un cliente único. En Holanda el Grand Hotel de Kromme Raake, situado en la localidad de Eenrum, también ofrece esta posibilidad. Si bien su tamaño no hace honor a su nombre, no se ahorraron gastos en su inauguración, y para celebrar su apertura, en 1989, se descorchó la botella de vino Beaujolais más grande del mundo. Este pequeño hotel holandés se disputa con un español el hecho de ser el hotel más pequeño del mundo. El Hotel Punta Grande, en la isla canaria de El Hierro, y sus cuatro habitaciones recupera las instalaciones de un antiguo despacho de aduanas. Eso sí, el que se decida por llegar hasta este establecimiento que no espere encontrar ni las últimas, ni las anteriores novedades tecnológicas. En las habitaciones no hay ni minibar, ni teléfono, ni televisión. "Solamente" unas espectaculares vistas sobre la abrupta costa volcánica. Carlos Álvarez (hoteles@hosteltur.com)