Ferrovial recibe cada vez más quejas de empresarios y políticos por la gestión de su filial británica, la gestora de aeropuertos BAA. Esto ocurre en la misma semana en que la Comisión de la Competencia del Reino Unido publicará una declaración, sin conclusiones de momento, sobre su monopolio.
Un portavoz de esa comisión dijo a Efe que en el anuncio de hoy o mañana no habrá ninguna conclusión sobre el posible final del monopolio de BAA en los principales aeropuertos londinenses, ya que la investigación está aún en una "etapa inicial y tendrá que pasar al menos un año para que tomemos una decisión". Según esa fuente, una de las decisiones para romper el monopolio, en caso de se llegue a esa conclusión, podría forzar a BAA a vender activos, "la opción más simple y más popular entre las peticiones de las aerolíneas, pero no la única".
Según el presidente de la compañía de vuelos baratos Bmi, Michael Bishop, Ferrovial "cree estar inmune a la competencia" en este negocio mientras que "sus clientes (las aerolíneas) no lo están", en alusión al descenso en inversiones del último año en el aeropuerto londinense de Heathrow. Según el diario The Times, BAA ha invertido en el aeropuerto más concurrido del mundo en su primer año de gestión un 15% menos que en el ejercicio anterior, pese a haber aumentado sus ingresos un 5% y a las quejas de los pasajeros por las largas colas que se forman en los accesos a las puertas de embarque.
El alcalde de Londres, Ken Livingstone, aseguró por su parte que el aeropuerto "avergonzaba a la capital" mientras que Michael O'Leary, el consejero delegado de Ryanair, calificó la semana pasada a BAA de "vergüenza nacional" que sólo busca beneficios para sus dueños españoles.
En línea similar, la secretaria británica del Tesoro, Kitty Ussher, ha dicho que los problemas de Heathrow son un peligro para la posición de la ciudad como centro financiero mundial. Por su parte, el director asociado de la revista especializada Transport Times, Adam Raphael, opinó ayer en el diario The Independent que la culpa de la situación no la tienen los antiguos propietarios de BAA y "menos aún los actuales", sino la regulación que ha incentivado al monopolio para concentrarse en la obtención de beneficios de las tiendas de la zona de embarque.
Una encuesta reciente en aeropuertos internacionales sobre satisfacción de los pasajeros situó a Heathrow en el puesto 56 de los 58 aeródromos de la lista. Según Adam Raphael, el aeropuerto más concurrido del mundo, por el que pasan 70 millones de personas cada año, presta actualmente servicio a un 50% más de usuarios que la cifra máxima inicialmente prevista.
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