La cadena Barceló Hotels & Resorts ha mostrado su sorpresa y preocupación ante la notificación por parte del Gobierno de Nicaragua de secuestro preventivo ?situación legal similar al embargo en España- de su hotel Barceló Montelimar, en Managua. Ante esta situación, se ha nombrado depositario al propio director del establecimiento, Walter Martino.
La compañía, tras conversaciones con el director general de Centroamérica, Juan José Ribas, ha explicado en declaraciones a HOSTELTUR que el establecimiento mantiene su funcionamiento habitual, ya que aún no han recibido ninguna demanda. Como grupo hotelero han mostrado su desconcierto, ya que no entienden esta drástica medida, y se han quejado de la falta de información, que les llega mayoritariamente a través de la prensa, de donde han extraído que el motivo del secuestro preventivo es una supuesta deuda por el proceso de venta.
Sin embargo, el grupo hotelero ha explicado que en todo momento han cumplido su contrato de compra-venta y que no tendrán ningún problema en presentar toda la documentación. Pero no será hasta el momento en que reciban la demanda cuando comiencen a tomar medidas. Además, han afirmado que si fuera necesario, estarían dispuestos a acudir al Banco Mundial.
Asimismo, han manifestado que "les parece un acto indignante" y que probablemente esta medida conlleve un trasfondo político o algún propósito por parte del Gobierno de la localidad. Han destacado que les parece una medida injusta, ya que especialmente Barceló ha sido la única compañía que ha apostado por Nicaragua entre sus destinos, convencida por la petición de Violeta Chamorro, que presidía el Estado cuando incorporaron el Barceló Montelimar en 1993.
Según han informado fuentes de la cadena, el contrato de compra-venta recogía tres cláusulas que han cumplido en todo momento. En primer lugar, se establecía la compra de la finca por tres millones de dólares. La segunda recogía el compromiso de la cadena a realizar una posterior inversión de cinco millones de dólares para ampliar la capacidad del hotel, uno de sus puntos más débiles. Y por último, un condicionante que obligaba a la empresa a pagar una prima suplementaria al Gobierno si en los diez primeros años superaban el 60% de la ocupación del hotel.
Este hotel tiene su origen en la finca de Anastasio Somoza. Cuando su régimen cae, el gobierno sandinista convierte la finca en un espacio de agroturismo. Posteriormente durante el gobierno de Violeta Chamorro, se decide ubicar ahí un hotel para lo que recurren a la cadena Barceló, que finalmente lo compra y amplia su capacidad. Hoy, la prensa dice que el gobierno de Nicaragua considera que la cuantía por la que la compañía compró la finca fue "ridícula" y que Barceló debe dinero por el proceso de venta.
Paula Pielfort (hoteles@hosteltur.com)
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