Las deficientes infraestructuras turísticas de Filipinas le impedirán alcanzar su objetivo para 2010

El acceso a los principales recursos turísticos del país es difícil y el principal ejemplo de lo deficiente de las infraestructuras es la nueva terminal del aeropuerto internacional de Manila, cuya inauguración estaba prevista para finales de 2002, pero permanece sin abrir sus puertas por una disputa legal entre el Gobierno y el consorcio alemán que lo construyó, el gestor del aeropuerto de Frankfurt, Fraport. El Gobierno filipino paralizó el proyecto y luego lo expropió en 2004 argumentando que los contratos aprobados eran perjudiciales para las arcas públicas del país. Fraport demandó al Gobierno ante el Banco Mundial por perdidas calculadas en 350 millones de euros, solicitando una indemnización de 400, pero el organismo internacional se declaró no competente en el caso en agosto de 2007. Lo cierto es que cuatro años después de la expropiación las instalaciones sufren desperfectos y problemas estructurales a causa de la inutilización, y recientemente se desplomó parte del techo. La terminal, que hubiera tenido capacidad para trece millones de pasajeros anuales, estaba llamada a sustituir el antiguo aeropuerto. Tres millones de visitantes anuales A dos años de la fecha en la que se había marcado el Gobierno filipino para conseguir los cinco millones de turistas extranjeros, esperan llegar a los 3,3 millones de turistas, superando, aunque no tanto como se esperaba, la cifra de 2007, cuando fueron algo más de 3 millones, con un aumento del 8,7% respecto a 2006. En 2007 el sector turístico de Filipinas ingresó 4.890 millones de dólares (unos 3.149 millones de euros), con un crecimiento del 41% en relación al año anterior. La mayoría de los visitantes que recibe el país proceden de Corea del Sur, Estados Unidos y Japón. Ángeles Vargas (actualidad@hosteltur.com)