El grupo escandinavo SAS, propietario en un 100% de Spanair, ha decidido no vender su filial española debido a "las adversas condiciones del mercado de la aviación en España, a los altos precios del combustible y a la presión del sector financiero".
En un breve comunicado, SAS advierte de que no ha podido alcanzar los términos y condiciones que se había propuesto, dentro de su plan estratégico Estrategia 2011, el cual contemplaba la decisión de vender Spanair, con el objetivo de concluir este proceso antes de finalizar el segundo trimestre de 2008.
El presidente de SAS, Mats Jansson, afirma que "el valor que hemos podido obtener no refleja el valor intrínseco de Spanair, una compañía con una posición muy competitiva y la segunda en el importante mercado doméstico español. En los últimos meses, hemos llevado a cabo un profundo análisis y hemos llegado a la conclusión de que abandonamos el proceso de venta y continuaremos como accionistas, comprometidos en asegurar un futuro rentable para Spanair". La aerolínea volverá a figurar en la información económico financiera del grupo.
Historia de una intención frustrada
El 13 de junio de 2007 SAS anunció su decisión de desprenderse de su operadora en España para concentrarse en los mercados del norte de Europa, su área de influencia, como estrategia para reducir costes y ganar eficiencia y rentabilidad.
Durante el largo año que ha durado este intento de venta, el grupo escandinavo no tuvo nunca sobre la mesa una oferta que le convenciera. La primera, de Marsans, su exsocios en el capital de la compañía, quienes la retiraron al tener conocimiento de que el grupo escandinavo quería hacer una subasta. La sociedad portuguesa Long Stock Financial presentó una propuesta de la mano de la charter española Gadair y en solitario, que luego retiró definitivamente.
Y la presentada por Iberia, conjuntamente con la compañía de vuelos ejecutivos, Gestair, que generó una gran controversia en sectores políticos y la eventual reserva de la Defensa de la Competencia, complicando su aceptación cada día más. La falta de respuesta de SAS llevó a la primera compañía española a retirar su propuesta por su principal rival en el mercado doméstico. El inusual proceso terminó por generar la posibilidad de que la oferta de Marsans volviera a ser considerada, pero con condiciones que, sin duda la harían menos atractiva que la primera vez.
Plan B
Finalmente SAS se ha visto obligado a modificar uno de sus objetivos dentro del plan estratégico aprobado el año y mantener la gestión de su filial española. Fuentes del sector han señalado que el grupo escandinavo aplicará un plan de reestructuración de la compañía que implica una reducción de su operación en cuanto a capacidad ofertada, limitándola a rutas rentables, que incluirá retirar de su flota varios de sus aviones más antiguos.
Así mismo, SAS había anunciado el recorte de 1.000 puestos de trabajo y otras medidas de reajuste, tras reportar los resultados del ejercicio 2007 con pérdidas, tanto por el grupo como por Spanair, de ésta de 41 millones.
Diana Ramón Vilarasau (transportes@hosteltur.com)
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