La aerolínea de bandera portuguesa TAP se encuentra en una "situación dramática", según ha asegurado su presidente, Fernando Pinto, debido a que durante los primeros cinco meses del año la compañía ha acumulado pérdidas de 100 millones de euros por el excesivo incremento del coste del combustible. Para los trabajadores no es una razón de peso para sacrificar sus condiciones laborales.
Pinto hizo estas aseveraciones durante una reunión con los sindicatos presentes en la empresa, a cuyos representantes explicó que ante la situación es necesario acometer una política de contención de costes y que no es posible en estos momentos revisar un aumento salarial para 2008.
La negativa de los responsables sindicales a aceptar estos argumentos, quienes han respondido que "el petróleo no lo explica todo" y "el número de pasajeros ha aumentado", puede provocar el fin de la paz social y crear graves problemas a la administración de la aerolínea estatal.
El pasado martes, TAP subió por cuarta vez en lo que va de año la tasa de combustible que está un 47% más cara en los vuelos de largo recorrido y un 25% más en los de medio alcance. Estas tasas cubren el 30% de los costes del combustible, por lo que, aunque pueden ser revisadas, el crecimiento es siempre limitado, argumenta la dirección de la aerolínea portuguesa.
El impacto de los combustibles en las cuentas de TAP también ha cambiado. Hace 10 años era del 10%, el año pasado fue del 30% y ahora sigue evolucionando al alza y ya ha superado a los costes de los recursos humanos, que son inferiores al 30%, explica TAP para justificar su decisión de contención de gastos.
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