El "staycation", que ya tiene su traducción al castellano como "quedaciones", es un término que se está haciendo popular entre los norteamericanos como una forma de dotar de cierto "glamour" a la necesidad de quedarse en casa durante las vacaciones para afrontar la crisis.
El término se ha puesto de moda este verano, cuando la gran mayoría de los estadounidenses ha comprendido que el aumento de los precios del petróleo y los alimentos, o los efectos derivados de la explosión de las hipotecas subprime, les afecta directamente con toda seguridad. En realidad, se trata de un término que recoge el [link="http://www.urbandictionary.com/define.php?term=staycation"]"Urban Dictionary"[/link] desde hace ya dos años y que se define como unas vacaciones que se pasan en el hogar, "disfrutando de todo lo que éste puede ofrecer". También recoge ya una segunda acepción, algo más negativa, que habla directamente de quedarse "encerrado" en casa y añade que "con el precio del combustible, una "staycation" es lo que muchos americanos experimentarán durante el verano de 2008".
Y es que esta nueva tendencia comenzó como una fórmula destinada a pasar las vacaciones en el entorno cercano, refiriéndose a la localidad o a la práctica de viajes cortos a destinos cercanos, combinados con la estancia en el hogar durante el verano. Sin embargo, se trata de una oportunidad que las empresas de todo tipo no están dispuestas a desperdiciar.
La situación beneficia a todos los proveedores de productos para disfrutar en el hogar de "lujos"como las piscinas artificiales, o los complementos para crear huertos dignos de admiración en el jardín, pero la imaginación está yendo más allá y ya hay compañías que se dedican a ayudar a los clientes a recrear el destino soñado en su propio salón, con decoración incluida. Incluso, la famosa cadena norteamericana de almacenes Wal-Mart ha creado una herramienta específica, un calendario que se puede descargar desde su web las "101 Days of Summer Staycations", con 101 propuestas para cada uno de los días del verano, actividades que lógicamente están relacionadas a menudo con los productos que se pueden adquirir en sus tiendas.
El término comienza a ser conocido fuera de Estados Unidos, y dado que al menos ya la mitad de las familias españolas que tienen hipoteca han reconocido que renunciarían a sus vacaciones este año, no sería extraño que cundiera el ejemplo. Más aún si se tiene en cuenta que algunos de sus defensores relacionan su práctica con la protección del medio ambiente, o el conocimiento de la propia cultura. También se presenta como un buen método para evitar el stress de los aeropuertos, dicen, o las decepciones al llegar al hotel.
Ángeles Vargas (actualidad@hosteltur.com)
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