Pilotos de la aerolínea irlandesa de vuelos baratos Ryanair han denunciado que la compañía les raciona la reserva de combustible de seguridad con el fin de ahorrar costes, según ha publicado el dominical británido The Sunday Times.
Citando un memorándum interno de la empresa enviado a los pilotos el pasado mayo, al cual The Sunday Times habría tenido acceso, la compañía recorta el derecho discrecional del comandante del avión a requerir carburante adicional, lo cual, según los pilotos compromete la seguridad de los pasajeros a costa del actual encarecimiento del petróleo.
La normativa europea establece que cada avión comercial debe transportar un carga de contingencia correspondiente al 5% del combustible que requiere el vuelo de manera de disponer de carburante extra ante cualquier eventualidad, como hacer un desvío imprevisto a un aeropuerto alternativo.
Los pilotos, por su parte, tiene el deber de hacer peticiones de extras de combustible.
Por el contrario, según el memorandum, los pilotos de Ryanair tienen un límite de 300 kilos de carburante adicional, cuyo precio asciende a 180 libras (227 euros), y sus solicitudes de un extra no es la regla, como manda la normativa, sino "una excepción, según manda la empresa.
El memorandum interno mostraría que la low cost irlandesa envía notas de advertencia a los pilotos que piden más combustible sin explicación de que esta a¡iniciativa podria ser ser utilizadas en procesos disciplinarios.
En riesgo la seguridad
El presidente de la Asociación de Pilotos de Aerolíneas Irlandesas, Evan Cullen, confirmó que tal práctica pone en riesgo la vida de los viajeros, debido a la presión ejercida sobre los pilotos de Ryanair. "Por el elevado precio del combustible, es insensato presionar a los pilotos para volar con un mínimo de combustible y correr el riesgo de acabar en una situación de poco carburante y ningún sitio al que ir (...)".
Un portavoz de la aerolínea rechazó las quejas de los pilotos, aunque admitió que sólo se les permite carburante adicional en "casos excepcionales".
Cabe recordar que, hace pocos días, tras un descenso de 8.000 metros en cinco minutos, uno de los Boeing 737 de la low cost irlandesa debió efectuar un aterrizaje de emergencia, al sufrir una despresurización en la cabina. En ese incidente, 16 pasajeros fueron hospitalizados. El aparato cubría el tramo Bristol-Girona, pero se vio obligado a dirigirse al aeropuerto galo de Limoges.
Poco después, otro avión de Ryanair se ha visto obligado a otro aterrizaje forzoso en el aeropuerto italiano Roma-Fiamicino, con 160 pasajeros a bordo, en lugar de tocar tierra en el aeródromo especializado para vuelos de bajo coste, en Ciampino.
Y también cabe pregustarse qué habría pasado si en ambas ocasiones el combustible no le hubiese alcanzado a los pilotos de estas aeronaves para realizar el desvío a los aeropuertos donde finalmente aterrizaron.
Diana Ramón Vilarasau (transportes@hosteltur.com)
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