De ermita medieval a alojamiento turístico

La primera fase de la reconversión, en la que se invertirán 90.000 euros, consistirá en una consolidación básica del edificio, especialmente de aquellas partes que tienen más valor, unos muros y un campanario con restos mudéjares. Las obras se adjudicarán en los próximos días. El objetivo, a continuación, es conseguir subvenciones que permitan disponer, al menos, de entre 100.000 y 150.000 euros al año, con los que seguir acometiendo el resto de fases de restauración y acondicionamiento del edificio. No se restaurará por completo, sino sólo aquellas partes que tienen más valor arquitectónico, la antigua iglesia con su campanario y lo que fue la casa de los santeros que se encargaban de cuidar este conjunto. El alcalde, Alfonso Puertas, ha indicado en declaraciones a Efe que los trabajos que se tienen que llevar a cabo hasta que el proyecto haya culminado "superarán con mucho los 350.000 euros", que era el primer presupuesto de referencia que se manejó hace ya varios años. "Es un proyecto muy ambicioso, que necesitará varios años hasta verlo terminado", indicó, pero se mostró convencido de las posibilidad que ofrece este conjunto. El Consistorio de esta pequeña localidad de la comarca de Calatayud lleva tiempo trabajando en esta idea. Hace algo más de dos años firmó un acuerdo con la Diócesis de Tarazona por el que ésta le cedía la ermita para que se pudiera evitar su ruina y recuperarla para fines turísticos, con la condición de que la iglesia de este histórico religioso vuelva a estar abierta al culto una vez restaurada. El edificio en cuestión primero fue una ermita, pero siglos después se fue ampliando, de forma que en el XVII se le añadió una residencia que funcionó como seminario por algún tiempo, según relató Puertas. Hace unos 50 años quedó abandonada y el proceso de ruina ha ido avanzando hasta comprometer la conservación de este conjunto, enclavado en una ladera a orillas del río Ribota.