La nueva aerolínea brasileña Azul quiere invertir en aeropuertos

El empresario, que también es fundador de la aerolínea estadounidense de bajo costo Jet Blue, estuvo ayer en Río de Janeiro para bautizar el primer avión de Azul. La aeronave, un Embraer 190, recibió el nombre de "O Rio de Janeiro continúa azul", en alusión a la bossanova "Aquele abraço" compuesta por Gilberto Gil en 1969. La aeronave fue comprada en un principio por Jet Blue y traspasada a Azul para agilizar la obtención del certificado de homologación de empresa de transporte aéreo, requisito exigido por la Agencia Nacional de Aviación Civil para que pueda comenzar a operar. Neeleman indicó que Azul está interesada en invertir en la construcción de un nuevo aeropuerto para Sao Paulo, ciudad que cuenta con tres terminales aéreas: el internacional de Guraulhos; el Congonhas, usado para vuelos nacionales, y el Campo de Marte, para vuelos ejecutivos. La licitación para ese nuevo aeropuerto debe salir al público el año próximo. Quiere gestionar diversos aeropuertos Azul también quiere formar parte de la administración privada de los aeropuertos de Galeao (Río de Janeiro) y Viracopos (Campinas), que fue anunciada el pasado 5 de septiembre por el ministro de Defensa, Nelson Jobim. La mayoría de los aeropuertos brasileños es administrada por la estatal Empresa de Infraestructura Aeroportuaria (Infraero), que es constante blanco de críticas por sus deficiencias y por contratos cuestionados por la justicia. Neeleman anunció que la compañía comenzará a operar en diciembre vuelos nacionales con cinco aviones fabricados Embraer, los primeros de una encomienda de 16 que estará lista para finales de 2009. Diez de estas aeronaves serán del modelo Embraer 190 y los restantes del Embraer 195, diseñados especialmente para "satisfacer al cliente", según Neeleman, puesto que no tienen asiento en el medio y las ventanillas son más grandes. La aerolínea, sin centros de distribución de vuelos, atenderá inicialmente ciudades a las que aún no vuelan las mayores compañías brasileñas. Neeleman explicó que el objetivo de Azul en Río de Janeiro es abrir a otras ciudades el aeropuerto Santos Dumont, monopolizado por un puente aéreo con Sao Paulo, que transporta 6.000 personas diarias en viajes de ida y vuelta. Agregó que Azul buscará rutas alternativas puesto que su equipo identificó 27 ciudades grandes con pocos vuelos directos para Río. Preguntado sobre la posibilidad de abrir rutas a otros destinos de América Latina, Nieeleman afirmó que todavía es muy pronto para hablar de eso y que de momento prefieren consolidarse en el mercado brasileño para más tarde iniciar su expansión al resto del continente. HOSTELTUR (latinoamerica@hosteltur.com)