El presidente de Paradores, Miguel Martínez, anunció ayer en Villafranca del Bierzo, en León, que la empresa va a invertir ocho millones de euros en la remodelación de su establecimiento en la localidad. Entre otras actuaciones, se construirá una nueva altura para elevar hasta 50 el número de habitaciones.
Además se creará una piscina cubierta en la zona de jardines y se ampliará la capacidad de los salones y salas de reuniones. El presidente de Paradores fijó un plazo de dos años para terminar esta reforma y ampliación, y no descartó que se eleve la inversión inicial si fuera preciso. También se baraja la posibilidad de ampliar la plantilla.
Martínez, que reunió a su Comité de Dirección para conocer sobre el terreno el proyecto, dijo que el reto es convertir este parador "en un referente turístico" para toda la comarca y en el que se puedan celebrar todo tipo de convenciones y celebraciones sociales. Añadió que la pretensión es convertirlo "en el parador representativo no sólo de Villafranca, sino de todo El Bierzo", por lo que precisó que además de su modernización es necesario "aplicar la innovación".
En este sentido, aseveró que hay que dar al edifico mucho más volumen de negocio ya que la pretensión es que el parador de Villafranca "sea el lugar para celebrar cualquier evento que se precie, de tipo económico, social, empresarial".
Preguntado por los proyectos de construcción de los paradores leoneses de Vega de Espinareda y Villablino, Martínez dijo que la decisión de su edificación no es de su competencia. "Paradores de Turismo de España Sociedad Anónima no construye paradores nuevos; lo que hace es gestionar y reformar", ya que es Turespaña, la que decide dónde se construyen los paradores nuevos y dónde no.
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