Mesquida asegura que si la crisis es corta apenas afectará al turismo

Así lo explicó ayer Mesquida en una entrevista concedida a Efe en la que en 2008 -e incluso en 2009 según los primeros indicadores- las cifras del sector turístico podrían ser similares a las alcanzadas en 2006, cuando el número de extranjeros que visitó España alcanzó los 58,5 millones, con lo que "nadie dirá que será un mal año". Pese a que los resultados hasta septiembre de este año, con 47 millones de turistas extranjeros, suponen una ligera disminución, del 0,9%, respecto al mejor año turístico, que fue 2007 , cuando fueron 59,2 millones, recuerda que "estamos en niveles similares a los de 2006 que, fue otro muy buen ejercicio". En su opinión, en una situación de crisis económica como la actual, estar por encima de las cifras de 2006 "es positivo y, sin duda, todo el mundo firmaría para que 2009 fuera como el presente ejercicio" y los primeros datos de reservas de turoperadores y de asientos en vuelos de compañías aéreas para 2009 son muy parecidos a los del mismo período de este año. En principio, si no sucede nada anormal, "la estimación que hacemos para el próximo ejercicio es una situación muy similar a la de 2008", agregó. Coincidencia con el sector El sector "hace el mismo análisis que la Secretaría de Estado de Turismo", señaló Mesquida, quien dijo que, pesar de una disminución de la rentabilidad, que se ha producido en algunos casos por el aumento de los costes, hay "una sensación de moderada satisfacción por la situación actual". No obstante, no quiere decir que no haya preocupación en el sector, subrayó, y "desde el Ministerio trabajamos con medidas para ayudar a solventar esta situación, aunque todas ellas están dentro de la filosofía del Plan Estratégico del Turismo Horizonte 2020, aprobado el pasado año". Afirma que este plan demuestra la fortaleza del turismo, sector que permanentemente está pensando y diseñando estrategias y quizá por eso nunca ha sufrido burbujas como las que ha padecido el tecnológico, el financiero o el de la construcción, explicó. En los últimos 30 años, la foto fija del turismo español es que hemos pasado de 39 millones de turistas en 1978 a 59 millones el año pasado, 20 millones más, que son unos niveles "impresionantes" y que sitúan a España como el primer país en turismo vacacional, y el segundo en número de turistas y en ingresos por turismo. Inevitable estacionalidad contra la que luchar El principal problema que tiene España es la estacionalidad, asegura, ya que el grueso de los turistas viene concentrado en muy pocos meses y se ha avanzado muy poco en este tema, apenas un 3% en los últimos diez años. Esto se debe, dijo Mesquida, a que tanto en España como en Europa, las vacaciones se disfrutan en la misma época y a que más del 65% de los turistas buscan sol y playa. Atraer a más gente fuera de temporada es un proceso muy lento que se logra con la diversificación y España ofrece muy buenos productos alternativos al sol y playa -cultura, deporte o gastronomía- con muy buena relación calidad/precio pero que "no tienen una demanda importante, porque no se nos identifica con ese tipo de oferta". Para Mesquida, una de las medidas que contribuirá a romper con la estacionalidad es la puesta en marcha, en el primer semestre de 2009, de un proyecto piloto de turismo senior europeo, que ofertará paquetes turísticos subvencionados. Este programa, cofinanciado al 50% entre el Estado y las administraciones autonómicas, se iniciará en [link="https://www.hosteltur.com/56710_andalucia-balears-estrenaran-programa-piloto-turismo-senior-europa.html"]Andalucía, Balears[/link] y posiblemente Murcia. Concentración de mercados pero gran fidelidad Otra característica del turismo español es su concentración en muy pocas nacionalidades, lo que constituye a la vez su fortaleza y su debilidad. Entre las ventajas del turismo español, Mesquida destacó un alto grado de fidelidad de los turistas extranjeros que vienen a España. En 2007, el 85% de los turistas había estado en alguna otra ocasión en nuestro país y, además, el 72% de ellos más de tres veces. También el alza del precio del combustible puede favorecer al turismo español ya que encarece más la larga distancia que la corta y España está a tan sólo dos horas y media de viaje respecto a sus principales mercados españoles, concluyó.