Más de 500 vuelos cancelados, otros 5.000 retrasados, 800.000 pasajeros afectados y más de dos millones de euros gastados en alquilar 149 aviones a otras compañías son las grandes cifras con las que Iberia cierra un negro mes de diciembre a causa de una supuesta huelga de celo de los pilotos.
Fuentes de la compañía no han valorado aún el coste total que estas alteraciones en la programación han supuesto para la aerolínea, pero calculan que se eleve a varios millones de euros.
En esta cifra se incluyen los gastos extras que la aerolínea ha tenido que desembolsar para alquilar los citados aviones (lo que asciende a dos millones de euros) y atender a los pasajeros afectados, así como el descenso de los ingresos tras la cancelaciones de pasajes y anulaciones de billetes.
Según las fuentes, al igual que sucedió las pasadas Nochebuena y Navidad, en el último día de 2008 no había problemas previstos en los vuelos de la compañía, al contrario de lo que ha venido sucediendo desde el 4 de diciembre.
Ese día, el SEPLA convocó a los pilotos en una primera asamblea para estudiar el estancamiento de las negociaciones del Convenio, que, según el sindicato, se debieron a un "problema de seguridad", ya que en todas las compañías la máxima autoridad la tiene el comandante y, en su opinión, la empresa la quiere rebajar.
Desde Iberia se ha negado "tajantemente" este aspecto, al asegurar que la seguridad nunca ha estado en cuestión y ha alegado que el estancamiento de las negociaciones se ha debido a la pretensión de los pilotos de un nuevo régimen disciplinario distinto al del resto de los trabajadores y a que quieren intervenir en las decisiones de la compañía.
Poco se consiguió en las reuniones mantenidas entre ambas partes los días 17 y 18 de diciembre. Había una nueva cita para el 23, que no llegó a celebrarse, ya que el SEPLA comunicó que los integrantes de la parte sindical estaban volando.
Traslado a los tribunales
Entretanto, la "tensión" entre pilotos y compañía ha llegado a los tribunales, después de que Iberia solicitara ante la Audiencia Nacional las actas de las asambleas celebradas los días 4 y 12 de diciembre, para probar que en ellas se decidió realizar medidas de presión ilícitas.
A juicio de Iberia detrás de los retrasos y cancelaciones de vuelos está la actuación concertada de los pilotos, promovida, inspirada y organizada por la sección sindical, con el objetivo de presionar en el nuevo proceso negociador, lo que le ha llevado a abrir 14 expedientes disciplinarios.
Por su parte, el SEPLA asegura que los problemas en la programación se deben a la falta de pilotos, ya que calculan que en los últimos cinco años se han producido unas 300 jubilaciones o bajas que no han sido cubiertas.
En la actualidad y tras los reajustes a la baja en la programación de Iberia, el sindicato de pilotos estima que faltaría un centenar de tripulantes técnicos.
A juicio del SEPLA, Iberia siempre ha contado "con la buena fe de sus pilotos y programa por encima de sus posibilidades".
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