España sigue lejos de la media de la Unión Europea en materia de innovación y se sitúa por detrás de países como Chipre, Estonia, Eslovenia o República Checa, según la clasificación correspondiente a 2008 hecha pública por la Comisión. Sin embargo, se sitúa entre los Estados miembros donde más aumentó la inversión en Investigación y Desarrollo (I+D) entre 2000 y 2006, a un ritmo del 12,9% anual.
En el ranking europeo, España ocupa en términos absolutos el puesto número 16, uno más que el año pasado, entre República Checa, que es el número 15 y Portugal, en el 17. Por detrás de España queda Italia, que cae hasta el puesto 19.
Pero además, Bruselas clasifica a los Estados miembros en cuatro grupos y sitúa a España en la tercera división, entre los denominados "innovadores moderados": junto con Chipre, Estonia, Eslovenia, República Checa, Portugal, Grecia e Italia. Dentro de este grupo, la mejor evolución corresponde a Chipre y Portugal, mientras que los que avanzan a un ritmo más lento son España e Italia, que no logran mejorar su posición relativa.
Los líderes en innovación de la UE son Suecia, Finlandia, Alemania, Dinamarca y Reino Unido, mientras que en segunda división se sitúan países como Austria, Irlanda, Luxemburgo, Bélgica, Francia y Países Bajos. El cuarto grupo, según el informe del Ejecutivo comunitario, está formado por los países que recuperan terreno: Malta, Hungría, Eslovaquia, Polonia, Lituania, Rumanía, Letonia y Bulgaria.
Puntos fuertes
De acuerdo con el informe, los puntos fuertes de España en materia de innovación son la disponibilidad de financiación y el apoyo del Gobierno para este tipo de actividades y el éxito económico que tienen las actividades de innovación en el empleo, exportaciones o ventas. Los puntos débiles son la escasa inversión en innovación de las empresas y la colaboración empresarial y con el sector público para generar innovación. En los últimos cinco años, los principales motores a la hora de mejorar los resultados en I+D en España fueron las facilidades de financiación y la inversión empresarial. Ello se debe al fuerte crecimiento del crédito privado (12,7%), la conexión de las empresas a Internet por banda ancha (15,3%), y el gasto en innovación no relacionado con I+D (13,4%).
En contraste, han empeorado los resultados en los indicadores referidos a colaboración empresarial y al número de empresas que han introducido innovaciones en el mercado o dentro de sus organizaciones, sobre todo a causa de la disminución de la tasa de renovación empresarial (-6%). El informe de Bruselas destaca también que la mejora en el indicador referido a la disponibilidad de trabajadores con un alto nivel de formación se ha situado muy por debajo de la media de la UE.
Baja inversión en I+D
Además, España también sigue muy por debajo del promedio comunitario por lo que se refiere la inversión en I+D. Ésta se situó en 2006 en el 1,2% del producto interior bruto (PIB), frente al 1,84% de media entre los Veintisiete. En todo caso, la cifra de la UE está también muy lejos del objetivo del 3% para 2010. No obstante, el informe pone de relieve que España es uno de los países donde más creció la inversión en I+D entre 2000 y 2006, a un ritmo del 12,9%.
El aumento fue algo mayor (14,9%) entre 2004 y 2006, coincidiendo con la llegada al Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. Sólo Estonia, Chipre, Letonia, Hungría y Lituania experimentaron crecimientos superiores. Además, España es el tercer país de la UE (sólo por detrás de Luxemburgo y Rumanía) donde más aumento el porcentaje de gasto en I+D sobre el conjunto del gasto público entre 2000 y 2007, a un ritmo del 9% anual.
HOSTELTUR (actualidad@hosteltur.com)
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