Procesos de gestión y desarrollo en torno al Design Thinking
Publicada 07/09/09
Un primer paso es el de la comprensión, el conocimiento. De nada sirve desarrollar acciones en los medios sociales si no los conocemos, si no comprendemos su naturaleza y qué tipo de entorno desarrollan y favorecen. No es extraño en muchas ocasiones enfrentarse a estos entornos nuevos sin las claves que los definen, apostando por estrategias que de nada sirven y que están tradicionalmente diseñadas para otros entornos.
Tras el conocimiento general conviene observar. Puesto que ya sabemos qué es lo que manejamos es interesante conocer cómo lo manejan los demás, es decir, qué hacen nuestros competidores, qué errores cometen y qué aciertos tienen y, lo que es más importante, cómo actúan e interactúan los usuarios, los posibles clientes y nuestro target y segmento. Los datos que podamos sacar de esa observación van a ser muy valiosos para diseñar una estrategia adecuada y ganadora.
Una tercera fase fundamental es la de definir, conceptualizar objetivos, tanto propios como ajenos. Debemos conocer qué pretendemos conseguir y qué busca el usuario y posible cliente. Hemos de ser realistas y no tratar de adaptar los deseos del usuario a nuestras necesidades, sino afirmarlas tal y como son, tal y como el usuario las transmite. Una base de realismo nos va a permitir desarrollar el idealismo posterior.
La fase de la imaginación
Idealismo que nos permite entrar en la fase diferencial del DT. En esta fase, la de la imaginación, la de pensar el producto o servicio, es donde no podemos ponernos límites. Tras ver cómo gestionan su presencia sus competidores y qué desean los usuarios eche su imaginación a volar, no se ponga límites. Imagine nuevas formas de gestión, nuevas formas de interrelación, de presencia en medios sociales. Recuerde que todo está por inventar. Sea innovador y no se asuste ante cualquier idea aparentemente disparatada. Luego tendremos tiempo de aterrizar.
Ya tenemos la información, ya hemos imaginado, ahora debemos crear el prototipo, la primera versión del proyecto o servicio, la primera versión de nuestra estrategia presencial en la Red, de nuestra gestión en medios sociales. De nada sirve imaginar si no somos capaces de materializar esa imaginación.
Una vez tenemos el prototipo conviene testarlo. No vamos a estar permanentemente volando e imaginando, también debemos acercarnos a la tierra y poner los pies en el suelo. Busquemos los fallos del prototipo, sus puntos débiles, sus fortalezas. Busquemos lo mejorable y lo inmejorable. Seamos realistas.
Una vez testado el prototipo vuelva a ser imaginado si es necesario o volvemos a la observación o a la comprensión o a la definición. El proceso es abierto, flexible y modulable, de eso se trata el DT, de imaginar e innovar desde el principio.
No podemos olvidar que si hablamos de la Web 2.0, de los medios sociales, de la colaboración o de prosumers, adprosumers o proksumers estamos hablando de conceptos nuevos, que no han sido todavía suficientemente estudiados e integrados en un proceso conceptual más amplio. Todo está por hacer, como hemos dicho antes. Y nosotros formamos parte de ese proceso de cración.
Juan Sobejano (juan.sobejano@hosteltur.com)
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