Cuando la oferta complementaria deja de serlo
Publicada 20/11/09
Todavía hoy se piensa que el principal valor y motor del turismo en un destino es su planta hotelera, y aunque ésta tenga una importancia fundamental en la estrategia y forma de gestionar un destino, no deja de ser una creencia con un fundamento relativo. Y todo por el cambio que ha experimentado el cliente y su forma de comprender el disfrute en el destino. El turismo experiencial, la subjetividad del viaje y la elección exclusiva de los elementos que van a dar valor a cada turista son elementos que ofrecen un caldo de cultivo fundamental para favorecer el cambio de concepto de la mal llamada oferta complementaria.
Recordemos que lo que fideliza no es el hotel, ni siquiera algún elemento de la oferta complementaria, sino que es el destino en su conjunto el que lo hace, y un definidor fundamental de ese destino es la oferta complementaria. Sobre todo en destinos de sol y playa el hotel es en muchos casos una commodity, un recurso que el viajero utiliza como un elemento, fundamental sí, pero con poca diferenciación directa.
El proceso de decisión y de elección suele ir de lo general a lo concreto, del destino a los elementos que componen el destino. No solemos decidir que vamos a pasar nuestras vacaciones al hotel x, sino que vamos a pasar nuestro tiempo vacacional al destino x, y después buscar decidir en qué hotel nos vamos a alojar. Para la elección inicial del destino es fundamental la oferta complementaria.
Es la oferta complementaria la que puede transmitir experiencias, sensaciones, subjetividad y diferenciación suficiente como para diferenciar a su vez un destino. Un parque de atracciones, un puerto deportivo, un museo pueden ser motivo suficiente de viaje, porque el viajero puede sentir la suficiente atracción y esperar disfrutar las suficientes experiencias como para justificar el viaje.
Un destino es un conglomerado complejo, una densa red de relaciones en la que la suma de elementos es fundamental para darle valor. Cada viajero decidirá qué elementos de ese destino le son útiles, qué experiencia turística quiere crear para sí mismo. Es el llamado Punk trip, el turismo líquido, el do it your self turístico.
El aumento de la capacidad de elección del viajero no es una posibilidad, es una realidad que determina todas las fases de ese viaje. Sólo si somos capaces de comprender la importancia de un destino diverso, con múltiples opciones y con múltiples elecciones podremos saber hasta qué punto eso es lo que nos está reclamando el viajero.
Juan Sobejano (juan.sobejano@hosteltur.com)
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