British Airways afronta sus peores pérdidas desde la privatización de la compañía en 1987
Publicada 17/05/10
El martes comienzan los paros convocados por Unite, el sindicato del personal de cabina, que alterarán el programa de vuelos de BA durante 20 jornadas, entre el 18 de mayo y el 9 de junio. Unite ha convocado los 20 paros de ese colectivo en cuatro fases: entre el 18 y el 22 de mayo, entre el 24 y el 28 de mayo, entre el 30 de mayo y el 3 de junio, y entre el 5 y el 9 de junio.
La aerolínea afronta además nuevas cancelaciones y retrasos con la llegada de una nueva nube de ceniza volcánica procedente del volcán islandés Eyjafjalla, que entre hoy y el martes llevará al cierre de distintas partes del espacio aéreo británico.
Las previsiones del citado diario están en la línea de lo que esperan los analistas de la City, que han cifrado entre 550 y 620 millones de libras las pérdidas antes de impuestos de las que informará British Airways en los próximos días.
Dice el Times, citando fuentes de la compañía, que en las actuales circunstancias Walsh y su equipo se están centrando en la tarea de impulsar la fusión con la española Iberia y de cerrar la alianza comercial con la estadounidense American Airlines (AA).
Esas fuentes aseguran que BA y AA están muy cerca de recibir la aprobación de las autoridades reguladoras del mercado para fusionar sus operaciones transatlánticas, lo que les permitirá operar como una sola aerolínea entre ambos lados del Atlántico.
La semana también es decisiva para BA porque la dirección y el sindicato se presentan hoy ante el servicio de conciliación laboral Acas para buscar una solución y mantendrán reuniones por separado con el ministro de Transporte, Philip Hammond.
Además, los servicios legales acudirán a un tribunal de Londres para solicitar que se considere ilegal la convocatoria de huelga con el argumento de que Unite vulneró la ley al no informar a los trabajadores del resultado exacto de la votación en la que se decidió apoyar los paros de las próximas semanas.
En este sentido, el líder de Unite, Tony Woodley, acusó ayer a la dirección de BA de ser "vengativa" y echar por tierra un principio de acuerdo al que se había llegado sobre el cambio de las condiciones laborales, asunto que está detrás del conflicto.
En declaraciones a la agencia local PA, Woodley aseguró que si ese acuerdo no se cerró fue por la negativa de la dirección de la aerolínea de restaurar los beneficios fuera de convenio (sobre todo billetes de avión a bajo precio en vuelos con plazas vacantes) que se retiraron a quienes secundaron los paros del pasado mes de marzo.
Unite también pidió que se revirtiera la suspensión y el despido de 50 trabajadores que siguieron la huelga, y la negativa a hacer estas concesiones, dijo Woodley, es lo que mantiene el conflicto.
"BA dijo que esta era una batalla por el futuro a largo plazo de la compañía, por tener los costes y la reestructuración adecuada. Se había llegado a un acuerdo con Unite sobre todos esos requisitos, al menos en principio. Los clientes, los accionistas y el consejo de BA deberían preguntarse ahora por qué sigue huelga", indicó.
Según el líder sindical, la situación actual "ya no tiene que ver con la reestructuración, tiene que ver con expulsar a nuestros militantes a costa de los viajeros. Cerrar este conflicto ahora no le costaría a BA un solo penique, pero no habrá solución si siguen las amenazas, la intimidación y la venganza mezquina"
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