Las estaciones de montaña sufren por la última hora
Publicada 06/09/10
En la estación de Sierra Nevada, por ejemplo, la temporada de verano se ha cerrado con 17.200 tíckets vendidos en los dos remontes abiertos, un 54% más respecto al año anterior.
La presencia de grandes neveros y la mejora de la oferta en la estación de montaña (campamentos para niños, festivales, etc) fue un aliciente para atraer más visitantes, según apunta la consejera delegada de Cetursa Sierra Nevada, Maria José López.
Sin embargo, la ocupación en los hoteles de la estación no creció siguiendo la estela de la mayor afluencia de visitantes. Así, se registraron tasas de ocupación de entre el 30% y el 40%, similares a las del verano anterior.
Cerler, Formigal y Panticosa
Por otra parte, cerca de 35.000 personas han pasado entre julio y agosto por las estaciones oscenses de Cerler, Formigal y Panticosa, lo que supuso "un ligero incremento respecto a pasadas temporadas", según ha informado el grupo Aramón.
Para atraer visitantes en verano, estas estaciones ponen en marcha remontes y telecabinas para excursionistas y ciclistas, organizan eventos deportivos y culinarios, cuentan con zonas de recreo infantil, etc.
A pesar de todo, la Asociación Turística del Valle de Tena, donde se encuentran las estaciones de Formigal y Panticosa, admite que la ocupación hotelera bajó en julio mientras que en agosto se mantuvo similar a la del año pasado.
"Dependiendo de los establecimientos, la ocupación se ha movido entre el 45% y el 70%", explica una portavoz del gremio hostelero. En cualquier caso, añade, "el gasto medio ha caído, debido a la reducción de las estancias y a las reservas muy a última hora, donde el turista busca el precio".
Vall d'Aran
En el enclave de montaña catalán de la Vall d'Aran también se observó un mes de julio "con una ocupación baja, del 50%", mientras que en agosto osciló entre el 65% y el 70%", según explica Manel Gil, presidente del Gremio de Hostaleria de la zona.
"Las estancias se han reducido: la gente no ha estado más de tres días. Incluso ha descendido la ocupación de las segundas residencias", indica Gil. El gasto turístico, añade, también ha ido a la baja.
"Todo el mundo espera a última hora, buscando los mejores precios y ofertas por internet", lamenta.
No obstante, reconoce el presidente de los hosteleros de la Vall d'Aran, a la comarca le falta oferta turística para el verano "y esto hace que vengan menos turistas".
En este sentido, dice Manel Gil, "aquí básicamente viene gente para hacer senderismo, bicicleta o para relajarse, pero no son suficientes personas para llenar las 8.000 plazas que tenemos abiertas en verano".
Para romper la estacionalidad, dice, la Vall d'Aran debería incorporar otros atractivos, como el turismo de golf, "pero aquí chocamos con los grupos ecologistas".
Xavier Canalis (actualidad@hosteltur.com)
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