La Costa Blanca y el turismo – Segunda Parte
18 septiembre, 2013 (18:40:55)La Costa Blanca y el turismo – Segunda Parte
En la primera parte de este trabajo hemos tratado de profundizar en la problemática del turismo de la Costa Blanca, por cierto, muy semejante al de la mayor parte de destinos turísticos de nuestro país.
En esta segunda parte, trataremos de configurar la respuesta con soluciones que hemos empezado a entrever en la primera parte, desde la perspectiva de un profesional que ha ido viviendo el desarrollo del turismo en España desde sus inicios profesionales como camarero en un restaurante familiar en el año 1950, y gestionado hoteles urbanos, vacacionales de sol y playa, deportivos de sky y de salud con balneario en un buen número de destinos de la península, islas Baleares y Canarias desde el año 1969, en trabajos compaginados con la formación y la consultoría, ésta última en España, Cuba, República Dominicana y Brasil.
Para hacer frente a los retos que nos depara el futuro, no podemos olvidar de dónde venimos, y cuál es el cliente que tenemos en la actualidad, en el que la mayoría han sido atraídos por el precio, aunque para conseguirlo, hayamos descuidado el buen servicio y la calidad que lo acompaña.
En la primera parte hemos avanzado que la rentabilidad del turismo, no está en vender habitaciones, ¡Qué también!, la rentabilidad vendrá por medio de un aumento de la productividad de cada una de las habitaciones ocupadas, por medio de la venta de PRODUCTOS, dando paso en este punto a la parte del artículo con la que estoy en desacuerdo, donde dice “En este contexto de cambio, la Costa Blanca ha logrado una adecuada relación calidad-precio que…”, porque si bien la relación puede ser adecuada para mantener y seguir atrayendo a un cliente básicamente influenciado por el precio, afecta negativamente al mantenimiento de la rentabilidad de las empresas de la misma, y como consecuencia, a la capacidad de la mismas para mantener los servicios de calidad propia de la categoría de muchos establecimientos, provocando la paulatina desprofesionalización de sus empleados.
La consecuencia de lo señalado en el párrafo anterior, es que a la progresiva reducción de los márgenes de rentabilidad de las empresas, se une la necesidad de las mismas de buscar nuevos clientes, que sustituyan a los que dejan de sentirse atraídos por la experiencia que les toca vivir, encareciendo los costes de comercialización al no poder contar con clientes fieles, que vuelven y se convierten en prescriptores de nuestros hoteles.
El hecho que se señala en el párrafo anterior, de alguna forma queda avalado por lo señalado en la entrevista, cuando se dice “que la Costa Blanca está funcionando como un destino asequible para la demanda nacional, que ha visto reducida su renta disponible a la hora de ir de vacaciones, y como destino refugio para la demanda internacional, ante la inestabilidad política de países como Egipto o Turquía.”, debemos preguntarnos hasta cuándo hemos de contar con las desgracias ajenas, para seguir presumiendo de OCUPACIÓN de nuestra desproporcionada oferta, si lograrlo es a costa de “un esfuerzo empresarial considerable y con precariedad en el mercado laboral.”, cuando ante la imagen de altos niveles de ocupación, se genera un efecto llamada de inversores que, sin conocimiento real de la delicada y compleja estructura del mercado turístico, aumentan la oferta de plazas, agravando el desajuste existente entre oferta y demanda.
La situación descrita, hace que sea prácticamente inviable pensar en soluciones para el mercado turístico, sea de la Costa Blanca o de cualquier otro destino nacional, apostando solo por la innovación, porque si como se señala en el artículo de referencia “… Alicante es un destino maduro pero también experimentado, circunstancia que le sitúa en una posición de ventaja para la diversificación de productos, la captación de mercados emergentes y la adaptación de las nuevas tecnologías a los procesos de gestión y marketing turístico.”, de poco le servirán los esfuerzos que pueda realizar, si los mismos se encauzan desde la posición en que se encuentra a captar nuevos clientes a los que dar el mismo tipo de servicio que ofrecen en la actualidad.
La solución inviable para el turismo en general, es factible con bastante facilidad para establecimientos concretos que partiendo de lo que tienen, serán capaces de unir los criterios de innovación y diversificación a los que hace referencia el Sr. Vera, para que aprovechando las nuevas tecnologías sean capaces de llegar de forma directa a nuevos mercados emergentes, y con nueva adecuación de relación calidad-precio, puedan recuperar clientes perdidos por no haber encontrado satisfechas sus expectativas en anteriores visitas.
En una tercera parte, vamos a ver como he afrontado la situación descrita en los establecimientos turísticos que he gestionado
Autor: Miguel Angel Campo Seoane
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