La importancia (o no) del asociacionismo en el sector turístico
2 octubre, 2013 (12:06:20)Tras muchas conversaciones con amigos y colegas del mundo del Turismo, hay un tema recurrente que casi siempre sale a la palestra: la importancia o no del asociacionismo empresarial en el sector turístico y su verdadera utilidad al empresario. Quisiera en este post invitar a la reflexión sobre este tema, que según mi opinión es trascendental para nuestra principal industria.
Para quien quiera profundizar y tratando de hacer un breve resumen, el tema del asociacionismo a nivel general está recogido en varias legislaciones de ámbito nacional, como:
Ley Orgánica 1/2002, de 22 de marzo, reguladora del Derecho de AsociaciónLey 19/1977, de 1 de abril, sobre la regulación del Derecho de Asociación Sindical
O de ámbito autonómico como la Ley de 7/1997, de 18 de junio, de Asociaciones de la Comunidad Autónoma de Cataluña.
A nivel sectorial, al estar las competencias de Turismo derivadas a las Comunidades Autónomas, debemos fijarnos Región por Región; se reconoce su importancia a nivel turístico en legislaciones autonómicas como la Ley del Turismo de Andalucía (Art. 1.2.e.) o la Castilla y León (Art. 1.2.j.) nombrando al asociacionismo expresamente.
Es decir, la legislación vigente y la administración pública tienden a valorar y fomentar el asociacionismo como elemento coordinador entre la empresa privada y los entes públicos, ya que debe haber voces válidas que hablen en nombre de los diversos sectores o colectivos para llegar a acuerdos en materia legislativa, de actuaciones o de acciones beneficiosas para todos.
Actualmente hay asociaciones empresariales turísticas para todos los gustos: sectoriales, locales, comarcales, provinciales, autonómicas... Con esto hay que tener cuidado, porque el exceso puede no ser bueno para los intereses del empresario; se puede perder la unidad de criterio, tender a que cada uno vaya por su conveniencia, y por tanto, se dispersen las actuaciones y decisiones a tomar.
Dice Juan Salgado en su artículo de El Correo Gallego, "en la negociación de convenios salariales, fijación de impuestos o regulación del sector es obvio que los empresarios cuentan en las asociaciones que les representan con una imprescindible herramienta de presión respecto de los poderes públicos o de los representantes laborales.
Pero esa relevancia alcanza también a temas de más proximidad, como regulación de horarios, tráficos, descargas, etc., igualmente fundamentales para sus respectivos negocios" Aunque pienso que esto es necesario para las empresas, no hay que ver sólo a las asociaciones como un elemento de presión o de defensa para sus intereses, sino también como uno coordinador, que ayude a identificar oportunidades para sus asociados que puedan aprovecharse en el futuro.
Las asociaciones son el motor entre lo público y lo privado. Si el motor está engrasado y funciona bien, repercute positivamente en el sector y en la mejora del dinamismo económico y competitivo del destino en sí. Pero ¿qué pasa si el motor está gripado o no funciona? Pues que se entra en una espiral de descoordinación entre las administraciones turísticas competentes y las empresas del sector que hace que el destino se enquiste y no se adapte a la demanda emisora y por tanto se pierda competitividad. Todos sabemos que en esta industria esto es nefasto.
Es por esto que el papel de los asociados en muy importante, ya que son los mecánicos de las piezas de ese motor y los que deben hacer que este engranaje funcione.
Juzguen ustedes mismos si en su destino (ciudad, comarca, provincia, región o país) los motores funcionan bien o no:
- Si la respuesta es positiva, vamos por el buen camino.
- Si la respuesta es negativa, ¿a qué esperas para hacer que eso cambie desde dentro de las asociaciones?
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