Experiencias, experience, experiencias...
15 octubre, 2013 (15:08:42)Últimamente no paramos de ver estas expresiones por doquier, en prensa, redes sociales, televisión, etc. etc. Pero, ¿se trata de una moda, tendencia o tsunami dialéctico? Hay sectores o empresas en las que su uso puede estar acorde a la realidad que nos rodea porque es lo que está de moda y lo que la gente demanda, pero ahora las discotecas, los cócteles, y hasta la ropa interior es “experience”, tener este o aquel coche es “experience”, hasta ponerte un perfume ya es una “experience”. A lo largo de las últimas décadas hemos ido usando hasta quitarles el significado numerosas expresiones que han buscado englobar un conjunto de sensaciones con una clara finalidad mercantilista. Conceptos como medioambiental o sostenibilidad son un claro ejemplo de ello.
El actual abuso de la palabra experiencia viene arrastrado por el uso que se le comenzó a dar aproximadamente en 2005 dentro de las tendencias del marketing turístico sustituyendo al ya arrasado concepto de “sensaciones”. Desde los años 90, en el mundo del turismo se viene marcando un cambio en la tematización del sector para diversificar la oferta de los destinos. Empezó con gran empuje el turismo cultural, seguido del turismo de sensaciones y luego el experiencial. Como siempre, en España, y un poco más en Canarias, vamos con cierto retraso en cuanto a estas tendencias. Cuando ya en todo el mundo se venden experiencias, nosotros empezamos a vender experiencias.
Hace meses que oigo hablar a expertos en tendencias como Jimmy Pons sobre el modelo turístico de los próximos años y habla de “vivencial o comunitario”. No es de extrañar que estos sean los conceptos que manejaremos en un futuro próximo, ya que el viajero busca cada vez más una mayor participación con la comunidad que visita. Vamos evolucionando hacia querer pertenecer, aunque sea durante unos días, al entorno que elegimos para descubrir y conocer la realidad del lugar. A veces, nos empeñamos en dar muchas vueltas a conceptos más complejos y mercantilistas cuando la mejor herramienta es el sentido común y la observación, y plasmar en una palabra real lo que percibimos.
Creo que la predicción de Pons es más que acertada y debemos desde ya subirnos a este carro para, por una vez, estar actualizados y marcar el camino sobre otros destinos. Latinoamérica ya ha adoptado este nuevo concepto, y se pueden ver varios ejemplos en el Valle del Colca (Perú), en Costa Rica y otros países de la zona. Son destinos que tienen buen clima, turismo cultural y no abandonan las sensaciones ni las experiencias, pero su rumbo está marcado por las vivencias y por provocar una situación de compromiso del visitante con la comunidad a la que viaja.
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