Hoteles en Mallorca. ¿Cómo cambiamos un modelo de éxito?
4 febrero, 2014 (07:48:03)
Hace algunas semanas cuatro amigos disfrutábamos en Palma de Mallorca de una estupenda sobremesa. Dos profesionales de una de las empresas de Marketing Online más relevantes de nuestro país, el responsable Online de una Cadena hotelera de primera división y el que relata lo acontecido en aquella cita.
Nuestra conversación giraba en torno a distribución hotelera y marketing online. Debatíamos sobre los diferentes comportamientos del ser humano dentro del espectro online y de cómo, en función de su edad, mostraban reacciones tan diferentes.
Mi buen amigo Jonathan Acosta, de T2O media, nos relataba como su hijo, (la imagen de este post podría ser una simulación de la situación) era capaz de utilizar su smartphone o su tablet sin que nadie le hubiera enseñado a hacerlo… y nos habló de resonancias mórficas.
De cómo, por ejemplo, un roedor español podía conocer sin que existiera transmisión material, simplemente por resonancia mórfica, algo aprendido por un roedor de su misma especie en Estados Unidos. Los allí presentes atendíamos atónitos a su exposición.
El término de resonancias mórficas fue acuñado por Rupert Sheldrake, en su teoría de los campos mórficos, que podría ser una variante de la antigua hipótesis de la memoria colectiva, argumentando que nuevos comportamientos adquiridos serían heredados por generaciones posteriores.
Es decir, que nuestros hijos, potenciales internautas compradores en un futuro próximo, ya venían con la lección aprendida. La conclusión que sacamos de todo aquello es que las nuevas generaciones, nacidas en la era digital, utilizarían las nuevas tecnologías e Internet como algo natural. Su forma de comunicarse e interactuar entre sus iguales sería muy diferente de como lo fue la de nuestros padres, abuelos, o incluso de la nuestra.
Ahora os explico dónde quiero llegar…
Analizando el último estudio sobre Comercio Electrónico B2C, edición 2013, realizado por el Observatorio Nacional de las Telecomunicaciones y de la SI (ONTSI) observamos que el turismo sigue liderando el comercio electrónico.
Las compras realizadas a través de dispositivos móviles, teléfonos o tablets, aunque todavía con poco volumen de negocio, registraron un crecimiento del 15% respecto al año anterior.
Ya somos más de 27 millones de internautas en España, los internautas compradores siguen aumentando y se espera que el mercado español registre un crecimiento entre el 18% y el 20% este año.
Desde una perspectiva más global, la del Turismo, celebrábamos recientemente que España cerró 2013 con 60,6 millones de turistas internacionales. Sin lugar a dudas una noticia excepcional y un record sin parangón.
La comunidad de baleares se situaba, con 11, 1 millones de turistas internacionales, detrás de Cataluña como una de las más destacadas. Por lo que se percibe en el sector hotelero balear y las sensaciones que nos ha dejado la última edición de Fitur,2014 va camino incluso de mejorar estas cifras.
Los Hoteles de Mallorca, apoyándose en gran medida en los grandes turoperadores, ingleses y alemanes principalmente, auguran una temporada espectacular. Algunos incluso, ya están cerrando ventas para los meses de Julio y Agosto… y estamos en Febrero, con los establecimientos aún cerrados. Si me lo contaran, no me lo creería.
En definitiva, fieles a su comercialización y distribución más tradicional, los hoteleros de Mallorca siguen manteniendo su modelo de éxito. Y les funciona. ¿Cómo cuestionarlo?
Y aquí es donde quería llegar.
¿Cómo podemos cambiar un modelo de negocio que sigue siendo de éxito?, ¿Cómo convencer a un empresario o propietario hotelero que debe cambiar la forma de distribuir su producto, apostando por las nuevas tecnologías e Internet?
Juan, usted cree que me ha ido mal en la vida, ¿por qué cambiar?, me argumentó en una ocasión el presidente y dueño de una de las cadenas hoteleras de referencia de las Islas. Sí, ya sé que lo he mencionado en otros posts, pero me ha parecido el mejor ejemplo para reflejar la situación que vivimos.
Mi respuesta fue sencilla. Porque dentro de 5 años, quizás menos, nada será tal como ahora lo conocemos. Porque cambian los hábitos de compra y las nuevas generaciones, nacidas en esta revolución digital, no se comportarán igual que lo hicieron sus antepasados.
Es difícil convencer a quién vive de nuevo una época de vacas gordas que hay que pensar más allá de la coyuntura actual. Que debemos planificar nuestro negocio para que pueda afrontar con garantías un futuro que sigue siendo incierto e imprevisible.
Sin embargo, si el mercado camina en una dirección, deberíamos acompañarlo y prepararnos para el futuro.
Parece lo más coherente, ¿No estáis de acuerdo?
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