Errores en los planteamientos de contratación de un Director de Hotel – 3ª Parte
18 mayo, 2014 (20:05:00)Errores en los planteamientos de contratación de un Director de Hotel – 3ª Parte
Como me preparé para poder llegar a ser Director de Hotel
Nadie piense que quiero significar que deba ser el perfil del Director de Hotel, el que se va a describir a continuación, ese ha sido mi perfil, y si me dio mucha seguridad a lo largo de mi vida profesional, no se lo recomiendo a nadie, es demasiado sacrificado, y se puede llegar a ser un buen director de hotel sin tanto sacrificio.
Cuando inicié mi actividad profesional en el mundo de la hostelería en el año 1950, eran tiempos duros, todavía no se había salido de “los años del hambre”, nombre con el que se había conocido la década de los años cuarenta hasta que entrados los años cincuenta del pasado siglo, entre 1951 y 1952 se recuperaron los índices de PIB que había tenido España en 1935, y tras 17 años perdidos, todavía tuvimos que vivir muy duramente.
Ese primer trabajo fue en un pequeño bar restaurante familiar, en la localidad de Reinosa (Cantabria) recién cumplidos los 14 años, compaginando el trabajo en el mismo con el que ya venía realizando en el otro negocio familiar de venta de pescados al por mayor y menor en la misma localidad, y los estudios por libre de Peritaje Mercantil, de los que me examinaba en la Escuela de Comercio de Santander, en aquel negocio trabaje como barman, camarero y cocinero hasta el traslado a Madrid, donde seguí trabajando como barman y camarero, haciendo temporadas de verano en Santander y Marbella, hasta mi ingreso por la especialidad de Gerencia Hotelera en la Escuela de Hostelería, aunque las clases prácticas las desarrolle en la especialidad de cocina, al lograr que se reconociese que con mis estudios de peritaje mercantil, superaba el nivel de los conocimientos que se impartían en las clases de gerencia, al tiempo que realizaba prácticas de recepción y conserjería en los hoteles Fénix, Hilton y Plaza, normalmente en turno de noche, para hacerlas compatibles con mi asistencia a las clases de la Escuela de Hostelería.
Al terminar esa etapa de estudios, mis primeros trabajos fueron como cocinero en el Hotel Simar de la Cala de San Vicente en Mallorca, y luego durante seis meses en el Hotel Midland de Manchester, establecimiento de lujo de la British Transport, desde donde me trasladé a Irlanda trabajando unos meses como camarero en el Actons Hotel en Kinsale - Cº Cork, con regreso a Inglaterra para realizar el mismo trabajo en los hoteles Belgrade y Alma Lodge de Stockport y por último el restaurante Manchester Steak House hasta mi regreso a España en 1966.
Al regresar a España trabajé como Maître d´Hotel en Marbella, para posteriormente trasladarme a Madrid, al conseguir un trabajo de administrativo en la lavandería de la Base Aérea de Torrejón de Ardoz, en el deseo de analizar los sistemas de trabajo y control que se utilizaban en la misma, para una vez conocidos éstos, pasar al Central Accounting Office de la base, donde pude estudiar los sistemas de control que se utilizan en los Clubs, el hotel para militares transeúntes y los servicios de “welfare”, alcanzando un alto nivel de especialización en un modelo de organización y control muy superiores a los que se utilizaban en la hostelería de España en aquellos años.
Todos los trabajos realizados desde que mi familia se traslada a Madrid hasta mi etapa como Monitor del Hotel Escuela, son de poca duración, buscando nuevas experiencias y formas de trabajar, una vez he analizado como se trabaja en un establecimiento, y he tomado nota de los cambios que yo haría en la forma de trabajar de los mismos, trataba de adquirir nuevos conocimientos en otros establecimientos.
A finales de 1966 participo en un curso de orientación didáctica de acceso al Programa de Promoción Profesional Obrera (antiguo PPO), por la especialidad de Restaurante y Bar, siendo destinado al terminar ese curso en la primavera de 1967, a inaugurar el Hotel Escuela San Nicolás (primer Hotel Escuela creado en España) como Monitor de Recepción y Administración, impartiendo cursos de la especialidad, al tiempo que me encargan de la intervención en la gestión comercial del mismo, hasta 1969 en que presento la dimisión en el PPO, para hacerme cargo de mi primer trabajo como Director de Hotel en Orense, en un establecimiento en construcción, al que le faltan unos seis meses para su inauguración, que paso a dirigir tras haber realizado un estudio de viabilidad, al pedirme su propietario que supervise la última etapa de construcción, decoración, amueblamiento y selección del personal, al haber alcanzado un acuerdo en cuanto a las condiciones de contratación.
La selección de personal que realice en primer momento fue de cuatro personas, Jefe de Recepción, Jefe de Cocina, Maître d`Hotel y Gobernanta, únicos empleados con experiencia previa en hostelería, con cuya ayuda, tras unos días de orientación didáctica de los mismos, se dio formación durante los tres meses previos a la inauguración del hotel al resto del personal, que había considerado iba a ser necesario para inaugurarlo, seleccionándolo en la misma zona, entre personas que no hubiesen trabajado previamente en hostelería, pero que tuviesen el nivel cultural adecuado para aprovechar la formación que había definido para los mismos, pensando que me sería más fácil enseñarles desde cero, que teniendo que hacerles olvidar lo que hacían en otros sitios, antes de que comenzasen a aprender como quería que fuesen atendidos los clientes de aquel nuevo hotel, cuya puesta en marcha fue un completo éxito, al punto de tener que ampliar el personal inicial, a los seis meses de haberlo abierto, y de recibir frecuentes ofertas de trabajo de otros hoteles, algunos en explotación y otros en construcción en el área de influencia del lugar en que se ubicaba mi establecimiento.
Las ofertas de trabajo que recuerdo haber recibido durante los años segundo y tercero al frente de aquel establecimiento, fueron de hoteles con ubicación en Vigo, Santiago de Compostela, La Coruña, Gijón, Ponferrada, Madrid y la más lejana de Albacete, por parte de un cliente que entre otros negocios era propietario de un hotel de primera en esa ciudad.
Pese a las ofertas que recibía mantuve mi compromiso de tres años con la empresa que me había dado la confianza para dirigir su establecimiento, y transcurridos éstos, acepte la oferta para dirigir una pequeña cadena hotelera, explotada por una agencia de viajes que estaba enviando grupos al hotel que dirigía, y que tenía tres hoteles en explotación, uno en la sierra de Madrid, otro en Torrevieja (Alicante) y un tercero en Santiago de la Ribera (Murcia), a cuyo frente estuve hasta que pase a dirigir como Director General, la Hostelería de Formigal S.A., con un Hotel de 1ª A, un hotel de 1ª B y tres establecimientos más, con la categoría actual de hoteles de dos estrellas.
Los cambios de trabajo que realice en aquellos tiempos, se motivaban más en el reto que representaba el nuevo trabajo, que por razones económicas, y algunas veces he pensado que, posiblemente actuaba así como efecto secundario del habito de movilidad adquirido durante mi etapa formativa, en el afán de adquirir nuevas experiencias y conocimientos.
Autor: Miguel Angel Campo Seoane
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