Errores en los planteamientos de contratación de un Director de Hotel – 4ª Parte
21 mayo, 2014 (20:28:47)
Errores en los planteamientos de contratación de un Director de Hotel – 4ª Parte
¿Es necesaria la preparación que se describe en el capítulo anterior?
Personalmente no creo que sea necesario llegar a tanto, ni que quien vaya a ser contratado como Director, tenga necesidad de saber tantos idiomas como se le piden en muchos casos, porque lo que realmente necesita es: sentido común, humildad para hacerse consciente de sus errores y poder corregirlos, y una gran empatía para poder conectar con los más íntimos sentimientos, que en lo relacionado con su trabajo, puedan sentir tanto los integrantes de su equipo de trabajo, como sus superiores y clientes.
Sin embargo la seguridad que me han aportado, durante los treinta y tres años en que he trabajado como Director de Hotel, los diecinueve años previos en los que había pasado por todos los departamentos del hotel, llegando en comedor a Maître d’Hotel, en Bares a Encargado de Cafetería, en Cocina a Jefe de Partida, en Recepción y Conserjería como Jefe de Departamento y como Jefe de Compras e Interventor, unido al periodo de especialización en sistemas de control ejercido en el Central Accounting Office del sector americano en la Base Aérea de Torrejón de Ardoz, junto con los estudios de Peritaje Mercantil en la Escuela de Comercio de Santander, los de Gerencia Hotelera en la Escuela Superior de Hostelería de la Casa de Campo de Madrid, unido a los diplomas de:
- El Curso Lectivo establecido por el Estatuto de Directores de Empresas Turísticas
- El de Especialización de Administración, Contabilidad y Explotación de Empresas Hoteleras
- El del Curso de Seguridad Social en las Empresas Turísticas
- El de las IV Jornadas Técnicas Internacionales sobre Gestión Hotelera de la (F.I.A.D.H.E.T.)
- El del I Seminario Internacional sobre Seguridad en la Industria Hotelera
- El del Curso del Proyecto Europeo de Formación de Formadores de la Comunidad Económica Europea en el área de Turismo
Los estudios por correspondencia de marketing y psicología
junto a la constante lectura de artículos y obras sobre estrategia, sistemas organizativos, calidad, etc., me han permitido siempre, encontrar un puesto de trabajo antes de dejar otro, eligiendo las empresas en las que trabajar, siempre con la idea de que no tenía que pedir una oportunidad a ninguna de ellas, sino que yo tenía que ser la mejor oportunidad que pudiera encontrar ésta.
Con ese bagaje he podido terminar mis entrevistas de trabajo en una posición de práctica igualdad, en la que no tenía que aceptar condiciones unilaterales de la empresa, sino que estas han sido negociadas, normalmente con concesiones por ambas partes, y cuando alguna empresa, especialmente en el caso de las que habían venido a ofrecerme un trabajo, a la hora de la firma del contrato me lo presentaban con un periodo de prueba, a partir de los cuarenta y cinco años en un par de ocasiones he tenido que decirles “No se equivoquen, si quieren que trabaje con ustedes, mi contrato tiene que ser indefinido con una cláusula que les permita rescindirlo en cualquier momento, sin indemnización alguna, si yo no alcanzo los niveles de rentabilidad a los que me comprometa con ustedes, pero si los alcanzo y ustedes deciden prescindir de mis servicios, podrán hacerlo sin necesidad de justificación alguna, con una indemnización que pactaremos en este mismo momento, porque a partir del momento en que comience a trabajar con ustedes, los que están a prueba son ustedes, y yo presentaré mi dimisión, dándoles un preaviso razonable, si encuentro interferencias que dificulten mi labor al frente de su empresa”, y han sido más las veces que he rechazado el puesto de trabajo, o he dejado éste al detectar interferencias en el mismo, que aquellas en las que no he sido seleccionado.
Desde que tuve el pensamiento de llegar a dirigir algún día un hotel, me di cuenta de que en algunos hoteles, en los que trabajaba, había una especie de sometimiento del Director e incluso los propietarios, a las exigencias y caprichos del Jefe de Cocina, lo que hizo que tuviese el firme propósito de que eso nunca pudiera ocurrirme, razón por la cual luche para conseguir realizar las clases prácticas de la Escuela de Hostelería en Cocina, pese a que mi especialidad era la de Gerencia, y trabajé en distintos periodos en cocina en Santander, Mallorca y Manchester, y desde el primer hotel que dirigí, hasta el momento de jubilarme, tuve en mi despacho o en mi vivienda en el hotel, mi ropa de cocinero y el juego de cuchillos, que solo tuve que usar en dos ocasiones, ya que en los treinta y tres años que he dirigido hoteles, la figura del Jefe de Cocina fue la más fácil de controlar, cuando verificaba que no era la persona que necesitaba en el hotel que pasaba a dirigir, por cuanto no tenía más que hacer algo que nunca me he permitido con ningún otro empleado, yendo a la cocina para llamarle la atención delante de sus subalternos, momento en que éste con gesto muy digno y enojado se quitaba el delantal y me pedía la cuenta, en la idea de que trataría de que me acompañase al despacho, donde le tendría que pedir disculpas, pudiendo volver muy ufano a su cocina, presumiendo de haber puesto al Director en su sitio, sin saber que lo que se iba a encontrar en el despacho, era la cuenta que ya le tenía preparada, y por otra parte me ha permitido trabajar en un ambiente de colaboración y mutuo respeto con excelentes Jefes de Cocina, como puede demostrar el post Homenaje a un trabajador de hostelería, amigo leal y gran compañero.
Si un candidato al puesto de Director de Hotel, tiene un perfil muy alejado del que se describe en los anteriores párrafos, va a tener muchas dificultades para poder ejercer sus funciones, liderando un equipo de colaboradores formado por buenos profesionales, y muchas más si sus colabores están faltos de la suficiente profesionalidad y tiene que formarlos, porque admitiendo que podrá abrirse camino con un perfil diferente, tendrá muchos más problemas para diseñar una estrategia de éxito a corto plazo, y eso condicionara su futuro, porque la empresa empezará a pensar que ha cometido un error al contratarle, empezando a buscarle un sustituto sin dejarle demostrar si realmente podría haber sacado el hotel adelante, si no logra hacerlo en los primeros meses de su gestión.
Autor: Miguel Ángel Campo Seoane
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