Del dicho al hecho “hay un precipicio” por el que puede despeñarse nuestro turismo
4 agosto, 2014 (09:37:51)
Del dicho al hecho “hay un precipicio” por el que puede despeñarse nuestro turismo
El pasado 09/07/2014 aparecía en 02B un artículo bajo el título “Exceltur repele el debate sobre los mini sueldos que paga el turismo” que se inicia con un párrafo que no tiene desperdicio, al señalar que el señor Zoreda, vicepresidente ejecutivo de Exceltur pese a que el INE certifica que la hostelería paga los salarios más bajos se niega a valorar si los salarios en la hostelería española son altos o bajos.
Ya en fecha 25/06/2014 en el epígrafe de Economía y Finanzas de Hosteltur, se publicó un artículo haciendo mención a la Encuesta Anual de Estructura Salarial del INE, destacando que mientras que el salario medio de los trabajadores españoles era de 22.726 euros en 2012, el de los de hostelería se acercaba a solo 14.000 euros al año, señalando que el salario más frecuente en 2012 era de 15.500 euros, lo que significa que el salario medio en hostelería es solamente el 90,32% del salario más frecuente de los trabajadores españoles, y el 61,60% del correspondiente a la media del salario de éstos, resultados que si por si mismos son escandalosos, y resultarían todavía más impactantes si se dedujesen de la masa salarial total los salarios de la hostelería que, al ser los más bajos, reducen el salario medio de todos los trabajadores, y se comparase el salario medio del resto de trabajadores con los 14.000 euros de media de la hostelería.
Como termina aburriéndome la búsqueda de datos estadísticos que me ofrecen escasa confianza, aunque a veces sea necesario hacer uso de los mismos para realizar ciertas comparativas, vamos a realizar un supuesto, que si no exacto pudiera acercarse un poco a la realidad en la que nos movemos, y vamos a admitir que haya en España alrededor de 16,2 millones de trabajadores en activo, con el salario medio de 22.726 euros, que totalizarían una masa salarial de 368.161 millones de euros, que si asumimos como razonable, y damos por buenos los datos que aparecen en el artículo que el 01/08/2014 publica Raquel Pascual en Cinco Días, en el que entre otros datos nos dice considerando una cotización de algo más del 36%, que la seguridad social prevé una recaudación de 102.839 millones de euros, que corresponderían a una base de cotización de alrededor de los 285.000 millones de euros, y señala que la masa salarial, según los datos de la Contabilidad Nacional ascendería a más de medio billón de euros, con el cálculo realizado de 368.161 millones nos situamos en un punto, casi a mitad de camino, entre las cifras que se deducen de las previsiones de la Seguridad Social y las de la Contabilidad Nacional, de la que si deducimos los 18.200 millones de euros que corresponderían a 1.300.000 trabajadores de hostelería con un salario medio de 14.000 euros, nos dejaría para los 14.900.000 trabajadores restantes 349.961 millones de euros, con un salario medio de 23.487 euros, dejando el salario de los trabajadores de hostelería en el 59,61% del que correspondería al resto de los trabajadores, perdiendo casi dos puntos más en la comparación del trabajo de la hostelería frente al resto de trabajadores españoles.
Admitiendo todos los errores que quieran en los cálculos anteriores, me pregunto para qué sirven organizaciones como Exceltur, aparte de para pedir más promoción, más ayudas fiscales y más subvenciones para sus empresas, a cargo del resto de los españoles, porque no veo fácil que puedan aportar competitividad o excelencia al turismo, cuando su Vicepresidente Ejecutivo y miembro de la Junta Directiva se niega a valorar si los salarios en hostelería son altos o bajos, pese a todas las evidencias, y su Director de estudios considera que “el problema retributivo se solucionará cuando los destinos maduros sean capaces de mejorar el producto y, por tanto, lograr más ingresos con una oferta de calidad”.
Siempre pensé que es imposible ser competitivo o alcanzar la excelencia en una actividad de servicios, si por incapacidad de organización y control, han de pagarse bajos salarios, cuestión que el primero no se atreve a valorar, cuando es una realidad incuestionable el bajo nivel salarial de la hostelería en nuestro país, y me pregunto en qué experiencia práctica basa la idea, reflejada en letra cursiva al final del párrafo anterior, el segundo.
Desde mi experiencia de 16 años como camarero, barman, cocinero, recepcionista, simultaneados con estudios de peritaje mercantil primero y gerencia hotelera después, cerca de 3 años como profesor del primer Hotel Escuela creado en España, seguidos de 33 años como Director de Hotel, para poder obtener razonables resultados positivos una vez me hacía cargo de un hotel, me he obligado desde el primer ejercicio económico:
1º) A mejorar la organización y el control, junto con la formación del personal y sus niveles retributivos.
2º) A reducir el alto nivel de ocupación que, a bajos precios, me encontraba en esos hoteles, gestionados, en más de un caso, por importantes empresas que cobraban sus “fees” sobre ventas, aunque estuviesen realizando una gestión deficitaria, porque sus propietarios, anteriormente no se habían atrevido a asumir el riesgo de contratar un buen Director de Hotel que supiera sacarlos adelante.
3º) Una vez cumplidos los dos puntos anteriores, a iniciar el proceso de mejora de las instalaciones en varias fases,permitiendo situar en el mercado productos en condiciones de hacer frente, de forma mucho más rentable, a las mejores expectativas de sus clientes.
Los tres puntos anteriores siempre han permitido, poner en beneficios desde el primer ejercicio económico, los hoteles que estaban en pérdidas, o mejorar muy sensiblemente la cuenta de resultados de los que no obtenían suficientes beneficios.
Me gustaría poder ser menos crítico con el gran número de empresas de hostelería, de consultoría y organizaciones profesionales que con o sin ánimo de lucro las asesoran o representan, llevando al turismo, a alcanzar el mayor nivel de empresas en concurso de acreedores o quiebra que se ha dado, a lo largo de las intermitentes crisis vividas, en las seis décadas del fenómeno turístico de nuestro país.
En los años noventa en un seminario de gestión hotelera que impartí en Bilbao por medio de la ANDH para alumnos de turismo en la Universidad de Deusto, tuve el atrevimiento de decir que se estaba hundiendo la hostelería de nuestro país, desde que se estaba sustituyendo la figura del Director de Hotel por economistas y técnicos de marketing, y entendiendo que quizá fuese una salida de tono en la cuna del marketing y las ciencias empresariales en nuestro país, no me queda más remedio que mantenerme en aquella idea, visto como se sigue primando la teoría y títulos académicos sobre la experiencia.
El caso es que siempre había pensado que la teoría es la base en la que se debe fundamentar la práctica de todos aquellos llamados a gestionar una actividad tan compleja como la hostelería. Pero cuando esa teoría les lleva a pensar que: reducir gastos implica mayores beneficios, sin apoyatura práctica que lo demuestre, o que cuando los destinos maduros sean capaces de mejorar el producto, podrán solucionar los problemas salariales de sus empresas, de lo único que me convencen es de que se han marcado objetivos imposibles de alcanzar en un mercado “low cost”, con una política enfocada a la plena ocupación, en lugar de a la plena satisfacción de los clientes, mucho me temo que el día que se acaben los problemas de seguridad derivados de la situación política de los países ribereños del Mediterráneo oriental y del norte de África, en menos de dos años desaparecerían del mercado más del cincuenta por ciento de los establecimientos hoteleros de nuestro país, que hoy malviven aprovechándose de las desgracias de nuestros más cercanos competidores, en lugar de competir en la división de honor, en la que como uno de los primeros países turísticos del mundo nos debiera corresponder hacerlo.
Autor: Miguel Ángel Campo Seoane
Para comentar, así como para ver ciertos contenidos de Hosteltur, inicia sesión o crea tu cuenta
Inicia sesiónEsta opinión no tiene comentarios.