Viaje a la China interior: la estación de tren.
4 septiembre, 2014 (08:12:44)
El comprar un billete de tren en China no es tarea fácil si no hablamos el idioma ya que nos generalmente los empleados de los ferrocarriles en las ciudades pequeñas solamente dominan el chinos. Una vez superado este escollo el viaje en tren no suele ser complicado ya que generalmente existe señalización bilingüe y en su ausencia, siempre hay gente amable dispuesta a ayudar a cambio de practicar su inglés.
De todos modos es conveniente comprobar nuestro tren no solamente por el nombre de la ciudad a la que nos dirigimos sino también el número del tren para evitar equivocaciones. Así en el caso de ciudades grandes, al nombre de la ciudad se le añade el sufijo “nan” que indica estaciòn de tren. Así cuando nos dirigimos a Guangzhou (Cantón), debemos seguir la dirección de Guangzhounan.
La estación de Guangzhou es mayor que muchos de los aeropuertos de grandes ciudades españolas y su arquitectura recuerda a la de Beijing: amplia, luminosa y generalmente limpia. Externamente ofrece el aspecto de una enorme concha blanca y liviana, con enormes nervaturas y superficies acristaladas. Al igual que en la capital, la estación de Guangzhou acoge a muchísima gente, hasta un nivel difícilmente imaginable en el cotidiano español excepto en el caso de grandes partidos de fútbol o macroconciertos.
Una de las consecuencias de semejante aglomeración son las colas y la búsqueda de un sitio para descansar. Las colas en China pueden describirse como el apiñamiento de mucha gente sin ningún orden aparente. No cabe duda que la educación urbana mejora diariamente pero son muchos los que aún intentan colarse. En realidad, al no haber una cola al estilo europeo (una persona detrás de otra) sino más bien un embudo humano, es a veces incluso difícil describir el acto de colarse.
En estas situaciones entra en juego el espacio personal. En Europa estamos acostumbrados a tener una burbuja de espacio vacío que nos rodea y proteje. En países con la concentración ciudadana tan elevada, la burbuja personal es un lujo al alcance de pocos. Cabe armarse de paciencia frente a aquellos que invaden esta burbuja ya que el concepto mismo de espacio les es ajeno. Adicionalmente debemos mostrar empatía cultural y procurar no ser agresivos ya que, de lo contrario, pareceremos arbitrarios e incomprensiblemente negativos.
Es obvio que el pueblo chino trabaja mucho o, por lo menos, valora enormemente su descanso. He visto personas dormidas en posturas contorsionadas, de pié, de cuclillas, sobre una mesa, encima de maletas…Por ello resulta difícl encontrar sillas disponibles en las estaciones de transporte colectivo, sean estaciones de autobús, tren o aeropuertos.
Generalmente las grandes cadenas internacionales de comida rápida estan representadas en las estaciones de las ciudades primarias pero no necesariamente así en las secundarias y menores. Aún cuando no es la opción más saludable, por lo menos se acercan a nuestro paladar. De no existir esta opción, nos encontraremos muy limitados ya que incluso conseguir un café puede ser imposible. Hay que recordar que nos encontramos el el país del té.
Uno de los servicios que nos pueden sorprender en todas las grandes estaciones y aeropuertos es la presencia de enormes dispensadores de agua caliente. Los chinos disfrutan enormemente de su té y suelen pasear todo el día con botellas y contenedores de plàstico rellenas de hojas de té. Las mismas hojas pueden reutilizarse a condición de tener un punto de agua caliente a mano. Generalmente estos termos se sitúan no al lado de los restaurantes sino de los servicios.
El acceso a los trenes se hace a través de puertas automáticas que se abren al introducir nuestro billete. El mismo sistema se emplea a la salida con los cual hay que asegurarse de guardarlo. Como medida de seguridad y sobre todo para evitar la reventa, los billetes se imprimen con el número de identidad chino o con el nombre y número de pasaporte de los extranjeros.
La bajada a los andenes se hace a través de escaleras mecánicas o, cuando funcionan, ascensores. Una vez al lado del tren, el número del vagón se indica claramente a través de un panel iluminado.
¡Buen viaje!
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