La innovación como desarrollo de destinos turísticos (Parte II)
19 noviembre, 2019 (05:05:33)Como continuación a la primera parte de este este artículo, publicado recientemente, me voy a fijar, primeramente, en el aspecto fundamental de la comercialización y distribución. No será lo mismo enfocarse en una distribución basada mayoritariamente en la turoperación que en la de la conectividad regular, y aquí sí que se ven las bondades del modelo clásico de paquetización, o al menos el de la contratación a la carta pero a través del turoperador para cuyo nuevo destino, la conectividad aérea proporcionada por el mismo, será clave.
Aquí pues, la labor de uno o varios turoperadores será crítica para el arranque del nuevo destino y de que la apuesta por la innovación sea realmente un motor para la economía local y el desarrollo y bienestar de sus comunidades.
Tenemos ejemplos de este modelo con éxito contrastado en el pasado y que sin la conectividad chárter proporcionada por grandes y no tan grandes grupos de turoperación no habrían evolucionado con la velocidad y positivo impacto local con el que lo han hecho, como por ejemplo fue el caso no hace tantos años, de Cabo Verde, Zanzíbar, Montenegro (renacimiento reciente) o Phuket y Ko Samui en Thailandia, y que está poniendo y va a poner en el mapa del turismo internacional a destinos de playa totalmente nuevos en países como Vietnam, Senegal, Albania o algunas islas menos conocidas del Caribe, como puedan ser Curaçao, Santa Lucia o Guadalupe, donde existe conectividad aérea internacional de tipo más regular, en unos casos más que en otros, que chárter.
En otros supuestos la alianza entre hoteleros y turoperadores ha conseguido también escalar la notoriedad de destinos ya existentes y abrirlos a mercados más internacionales en lugar de los regionales existentes, como es el caso de Jamaica, donde hoy ya un 30% de la capacidad hotelera es de empresas españolas, o de Maldivas, Isla Mauricio y Sri Lanka.
Sirva pues esta reflexión para destacar que la distribución basada en la turoperación sigue teniendo mucho que aportar para el desarrollo de nuevos destinos y su economía.
Y que con su influencia contribuirá al desarrollo de la conectividad aérea regular y de bajo coste, acompañando a la evolución del destino y multiplicando el desarrollo de producto y oferta complementaria en el destino.
Cierto es también que si se justifica el transporte aéreo en los nuevos tiempos de la racionalización energética y de la disminución de la huella de carbono sería para el turismo de larga distancia en el que no existe alternativa viable por otros medios como el terrestre ferroviario o rodado (caso este bastante habitual en destinos ribereños del Mediterráneo europeo, algunos mencionados más arriba). La industria de la aviación está trabajando para reducir su huella de carbono con aviones más eficientes y un ambicioso plan de sostenibilidad para rebajar a la mitad las emisiones en 2050 y ya se han puesto las primeras bases reales para varios proyectos de aviación comercial hibrida o eléctrica con el objetivo de cero emisiones, que estoy seguro serán una realidad en menos de lo que podemos imaginar hoy y seguramente antes de 2030.
Quisiera dedicar finalmente un apartado especial a la innovación en el producto hotelero, cuya oportunidad nos viene ofrecida por la creación casi de la nada de un destino, incluso en un país donde ya tenga cierto flujo de clientes a otros lugares. Estamos ante la oportunidad de diseñar y definir nuevas experiencias de cliente basadas en el entorno, nuevas arquitecturas y estancias (cabañas, eco village, eco surf, pueblos integrados en la cultura y formas de vida local,…) combinando el descanso y ocio clásicos junto al mar, por ejemplo, con nuevas experiencias que conecten con la tierra, la agricultura, la naturaleza y la cultura, integrando la comodidad y excelencia del producto con la responsabilidad y sostenibilidad, en hoteles y resorts de cualquier capacidad alojativa.
Todo ello, y no solo en hoteles pequeños, para que en su conjunto hagan del nuevo destino o país un modelo de innovación y responsabilidad en el futuro de esta industria que seguirá creciendo más y más, pues el ocio y los viajes contarán cada vez con nuevos clientes con capacidad de gasto y más tiempo libre.
Francisco Albertí
Socio responsable de KPMG en Baleares
La cuota de mercado de las economías emergentes pasó del 30% en 1980 al 45% en 2016, y está previsto que alcance el 57% para 2030, lo que equivale a más de 1.000 millones de llegadas de turistas internacionales. Fuente: Organización Mundial del Turismo (OMT)
Las llegadas de turistas internacionales en todo el mundo podrían incrementarse en un 3,3% al año entre 2010 y 2030, hasta alcanzar los 1.800 millones en 2030, según la previsión a largo plazo que figura en el informe de la OMT Tourism Towards 2030 (El turismo hacia 2030). Fuente: Organización Mundial del Turismo (OMT)
Las llegadas de turistas internacionales crecieron un 6% en 2018, llegando a los 1.400 millones según el último Barómetro Mundial de Turismo de la OMT. El pronóstico a largo plazo de la OMT publicado en 2010 indicaba que se alcanzarían los 1.400 millones en 2020, pero el notable crecimiento de las llegadas internacionales en los últimos años se ha adelantado por dos años. Fuente: Organización Mundial del Turismo (OMT)
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