¿Sabemos gestionar el negocio turístico?
11 marzo, 2015 (10:25:47)
¿Sabemos gestionar el negocio turístico?
En cuanto se refiere a la hostelería tengo mis dudas, pasando a continuación a razonar las causas de esas dudas.
Hoy (que ya es pasado por cuento empecé a escribir este post el 15/01/2013) me han llamado poderosamente la atención dos post Si el Social Media es tan fácil, ¿porqué no tienen éxito... de Juan Antonio Mota y Venta flash y Cajas de experiencias, lucha servida de Chema Herrero, y tanto sus contenidos como los comentarios realizados, me han llevado a pensar en el título de este post, si mis críticas a como se ha gestionado y se gestiona la hostelería en nuestro país, son debidas a que pueda ser excesivamente crítico, y siempre veo el vaso medio vacío, o a que realmente pese a los sesenta años transcurridos desde los inicios del desarrollo turístico de nuestro país, los muchos años de mercado de oferta, y los fuertes beneficios logrados durante el mismo, no han hecho necesario aprender a gestionar esa actividad, en la idea de que hasta el “más tonto” era capaz de ganar dinero en la misma, como parece demostrar la falta de atención que se ha dedicado a los muchos avisos que nos ha ido dando el mercado, a lo largo de las constantes crisis vividas desde los años sesenta del pasado siglo y la primera década de éste, sin darnos cuenta de las muchas empresas, hoteleras, agencias de viajesy compañías de aviación que iban quedando en el camino.
El primero de los post señalados, me hizo pensar sobre el escaso valor que en este país se da a la profesionalidad y la experiencia, mandando al paro, sin muchas posibilidades de reintegrarse a la vida activa a muchos buenos profesionales que han alcanzado los cuarenta y cinco años, para sustituirlos por jóvenes dotados de amplia formación teórica y sin experiencia práctica, en muchos casos con pocas posibilidades de adquirirla, al encontrarse muchos de los establecimientos en los que pasan a trabajar, sin personal cualificado que pueda ofrecerles la formación práctica que necesitan, por un lado, y ser mandados a su vez al paro, una vez han terminado el periodo de contratación en prácticas, para ser sustituidos por otros jóvenes, como los anteriores, sobrados de formación académica y carentes de la necesaria profesionalidad que, tratados como los “kleenex”, en un constante paso por las oficinas del INEM, difícilmente podrán alcanzar antes de que lleguen a los cuarenta y cinco años y pasen a engrosar el cada vez mayor número de parados sin subsidio, ni posibilidad de acceder a una razonable pensión de jubilación, como consecuencia de la falta de ética y visión empresarial de quienes consideran a los trabajadores como un coste, en lugar de ver en ellos su más importante activo, al haber olvidado la importancia de la función social que debe tener el capital.
El gran problema es que esa falta de valoración, parte del desconocimiento de más de un empresario y directivo de cuáles son sus necesidades, y por tanto de capacidad para poder valorarlas, hecho que al ir acompañado, en muchas ocasiones, de una situación parecida en aquellos que ofrecen sus servicios, crea un estado de ansiedad e inseguridad, que hace difícil tomar las decisiones más apropiadas a cada circunstancia.
Empecé a escribir este post al ver los publicados por Juan Antonio Mota y Chema Herrero a los que hago mención en el primer párrafo, dejándolos madurar para no caer en la situación que denuncia Juan Antonio en su post, cuando dice “Creo que si no hay nada que decir lo mejor es callar y no llenar titulares con la misma canción de siempre, circunstancial e irrelevante”, por lo que el hoy con el que comienzo este post, tiene una antigüedad de más de dos años, y lo recupero en estos momentos, para caer una vez más en el mismo pecado, volviendo a la crítica de lo que se hace en la gestión hotelera, porque a lo largo de los dos años transcurridos, han aparecido muchas noticias de cadenas hoteleras y hoteles independientes en mala situación económica, pese a ser el turismo y la hostelería dentro del mismo, la industria que más aporta al PIB de nuestro país, “La cantidad que perciben sus profesionales es un 39% inferior al promedio de las nóminas que se abonan en España” según se publicó por la Redacción en Madrid de 02B el 25/06/2014, basado en datos del Instituto Nacional de Estadística.
Puede ser interesante ver el artículo de la Asociación Nacional para la Defensa Efectiva del Trabajador publicado el 26 de junio de 2014, en el que entre otras cosas se señala que:
·El salario medio bajo un 0,8% en 2012.
·El sueldo medio anual de los trabajadores con contratos temporales fue un 34,5% inferior al de los contratos indefinidos durante el mismo año.
·Existe una “apreciable” desigualdad salarial entre sexos, siendo el salario de las mujeres un 23,9% inferior al de los hombres.
·El sector que peor paga es el hostelero.
El problema es que con esas noticias relativas al año 2012, en los dos años siguientes no parece que haya habido ninguna mejora de la situación digna de mención, en una industria de servicios en la que el factor humano, aunque un gran número de directivos y empresarios hoteleros no se lo quieran creer, es más importante que sus inversiones materiales, los más modernos avances tecnológicos incluidos en las mismas, o cuantas inversiones puedan realizar en marketing y publicidad, porque de nada servirá ninguna de ellas, si les fallan sus empleados, y con los datos anteriores, el que la hostelería siga funcionando en nuestro país, si fuésemos un poco sensatos, nos debiera hacer conscientes de que ésta, está más cerca de que debiéramos creer en la existencia de los milagros, más que en las estrategias de gestión de la mayor parte de los directivos de nuestras empresas de hostelería.
A lo largo de toda mi vida profesional, como Director de Hotel, formador y consultor, en todos los establecimientos que he dirigido o a los que he asesorado, siempre he tenido que mejorar las condiciones laborales de los trabajadores, siguiendo con mejoras de los sistemas de organización y control, para poder sacar al hotel de la situación de pérdidas o escasos beneficios en la que los encontraba al pasar a asesorarle o hacerme cargo del mismo, y en todos los casos en que he pasado a dirigirlos, la mejora de sus resultados se ha realizado a lo largo del primer año, sin hacer inversiones de sus instalaciones, que no pudieran ser amortizadas a lo largo del primer año de haberse realizado, porque como escribía en el comentario #10 del post de Chema Herrero el 21/01/2013 “El producto principal del hostelero, son sus clientes y empleados, y en el trato de ambos, en la mayor parte de nuestra hostelería, tanto vacacional como de negocios, ese trato deja mucho que desear”, y como dice LUNACANDELEDA el 15/01/2013 en el comentario #4 “… en estos temas los únicos beneficiados son las empresas que las comercializan .....”, y me parece muy interesante la parte del comentario#9 de jiniebro en la que dice “Leo muy atentamente las quejas de usuarios y proveedores y la conclusión que saco es que nadie da nada gratis y si vendes a precio bajo acabas por la inercia dando servicios "bajos".
Dado lo señalado en este post, transcurridos más de dos años desde que empecé a escribirlo, sin que se pueda detectar cambio alguno en la forma en que se gestionan nuestros hoteles, siguiendo la pauta de lo que se ha hecho en este país desde los inicios del desarrollo del fenómeno turístico, cuando en los hoteles vacacionales de sol y playa, se dejaba la comercialización en manos de los tour operadores, que eran quienes marcaban los precios, el caso es que ahora seguimos igual o peor, porque la comercialización intermediada, afecta también a los hoteles urbanos de negocios, habiendo pasado todos ellos a depender de tour operadores, OTA´s, buscadores, y empresas como Groupon, Ticket Restaurant, etc., que promocionan la venta de determinados servicios mediante fuertes descuentos, siendo un fenómeno que está en constante crecimiento por medio de las nuevas tecnologías, como puede comprobase leyendo el postpublicado el 07/11/2012 El futuro de la distribución hotelera pasa por la intermediación, situación que demuestra la incapacidad de los hoteleros para sacarlas partido, manteniendo su comercialización en un modelo de gestión obsoleto, que año tras año, va reduciendo la rentabilidad de sus empresas.
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