¿Cómo competir contra una cerveza?
20 abril, 2015 (09:16:18)
Cómo guía de turismo, yo también llegué a esta especie de cruce de caminos sin indicadores de dirección. Mis visitas guiadas no podían bajar más de precio; si una caña vale 2€, ¿cómo una visita guiada por un profesional durante hora y media puede valer menos de 4€?
Está claro que una caña aporta sensaciones y cubre necesidades con las que me resulta difícil competir. Intentar quitar la sed no es tarea sencilla así como tampoco lo es generar un cosquilleo que llegue hasta el estómago produciendo una placentera sensación de felicidad. Aunque pensándolo bien, también con eso podría competir. En el pueblo tengo manantiales de agua fresquísima que, sin duda, pueden quitar la sed. También dispongo de miradores de vértigo que seguro que levantan más que mariposas en el estómago. Y, por supuesto, no hay mayor placer que descubrir nuestra historia a través de los recursos turísticos de un enclave.
Ahora viene las preguntas: ¿Qué puedo hacer para competir con el precio de una cerveza? ¿Puedo aportar a mi visita un valor añadido que sin encarecer el precio incorpore “sensaciones” de moda? ¿Puede hacer esto de manera atractiva para jóvenes y mayores?
Y aquí va mi respuesta: demos al turista lo que le gusta. ¿No estamos en el “año del selfie”? Pues démosle un “palo” a las visitas y creemos un recuerdo que incorpore al contenido cultural de la ruta un motivo para no olvidarla nunca. Con este propósito durante la pasada Semana Santa 2015 incorporé un “palo de selfie” para inmortalizar al grupo y generar un rato de diversión. Después subí las imágenes a la web para ponerlas a disposición de todos.
Las caras de satisfacción de los “selfies con palo” hablan por sí solas. Ya no me queda duda, la clave está en el “valor”.
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